sábado, enero 06, 2007

Epifanía.

Día de Reyes y Epifanía. ¡Qué hermosa palabra ésta de epifanía! Manifestación, presentación de sí mismo. Por tanto, lo contrario de oculto, opaco, invisible, intangible. La religión católica (aunque supongo que todas las cristianas) le concede una gran importancia. En ese contexto la hemos conocido la mayor parte de nosotros, pero qué hermosa es, incluso en un contexto más laico y humano.
Nuestro equipo de investigación está embarcado en un proyecto al que hemos denominado visibilidad que no deja de ser otra forma de referirse a lo mismo: facilitar el conocimiento de las cosas y las personas. Se hace tan difícil hoy en día llegar a conocer a la gente. Los tenemos cerca, los vemos, trabajamos con ellos, a veces, incluso, vivimos con ellos y, sin embargo, seguimos sin conocerlos. O conocemos sólo al personaje. La persona, lo que cada uno es más allá del papel que le toca jugar en cada contexto sigue siendo un territorio ajeno, invisible. Algunas personas diseñan así su existencia, prefieren gestionar a solas todo ese complejo mundo de lo personal, no quieren que nadie entre en su espacio o restringen muchísimo el acceso. La invisibilidad interior como estilo de vida.
Otros son más abiertos y transparentes. Quizás porque son (o están) más seguros de sí mismos. Quizás, también, porque son más simples y se comen menos el coco sobre sí mismos o sobre lo que podría pasar si los otros los conocieran tal como son.
A mí me encantaría ser de estos segundo pero a fuer de sincero debo reconocer que estoy más cerca de los primeros. Lo estoy sintiendo cada vez que hago una entrada a este blog. Enseguida aparece la autocensura o cuando menos la preocupación por no pasar el límite de lo decible. No puedo dejar de pensar en quién lo leerá, cómo lo interpretará y cómo reaccionará a lo que digo. Es decir, es más un juego de esgrima literario, una conversación implícita con los posibles lectores que una manifestación libre de lo que a uno le apetecería decir. Claro que se pueden leer cosas entre líneas. Aunque espero que nadie lo haga.
En todo caso,parece claro que también yo preciso de una epifanía. Quizás cuando sea mayor.

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