lunes, enero 08, 2007

Comienza el trajín

Ya estamos de nuevo en plena acción. Comienza un nuevo ciclo.
Clase a las 9,30 de la mañana. Creí que apenas habría gente. Pero estaban allí la mayor parte de ellos. Armados con sus libretas de apuntes. Somnolientos, igual que yo. Como si precisáramos descansar de tanta vacación. Pero como comencé diciendo que deberíamos pensar en una fecha para el examen parcial y que, en mi opinión, podríamos hacerlo este mismo mes, antes de que comenzaran los exámenes de Febrero, la despertada fue general y clamorosa. De ninguna manera, me dijeron, podemos hacerlo antes de Marzo. Rompió mis planes, pero nos despertó a todos.
Y, luego, una primera mañana llena de encuentros y desencuentros. Uno está espeso al principio, qué le vamos a hacer. Como en el deporte, es preciso calentar primero. Eso lleva su tiempo. Y si te apresuras corres el riesgo de sufrir esguinces o torceduras. Es lo malo (o lo bueno) de los comienzos (si es que hay comienzos).
En todo caso, ya estamos metidos de nuevo en el fregao. Ya se ha dado la salida de otra fase del curso que nos llevará hasta la Semana Santa. Y de nuevo a forcejear con el calendario de compromisos, de nuevo a revisar las tareas pendientes, de nuevo a vivir a tope esta experiencia vital complicada y tortuosa pero irresistible que es la vida universitaria. Entré en mi despacho a las 8 de la mañana y acabo de salir a las 8,30 de la noche. Sólo ha sido el primer día y ya estoy agotado. Y feliz.

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