viernes, abril 24, 2009

Almas gemelas


Volábamos a Buenos Aires. Y de pronto mi compañera de asiento preguntó. “¿Tú crees en las almas gemelas?”. La pregunta me sorprendió. El viaje estaba aún a medio camino y tampoco era que hubiéramos hablado tanto durante el trayecto. Quizás sea por la película que acaban de pasar, pensé. Se titulaba “Dí que sí”, una bella historia romántica con aderezos de psicología de autoayuda. ¿Almas gemelas?, repetí para darme un poco de tiempo y pensar algo sensato, pues vaya, no sé. Una amiga me hablaba hace un tiempo de eso. Aseguraba que uno de sus amigos era su “alma gemela”. Si no lo recuerdo mal, la cosa se concretaba en que solían pensar lo mismo y reaccionar de forma parecida a las situaciones. “Yo sí creo”, señaló mi co-viajera con ese tono medio rasgado de los argentinos. Tenía ganas de hablar, deduje, y me acurruqué en mi asiento mirando atento hacia ella. Y empezó. Son esas personas con las que te puedes comunicar con mucha facilidad porque no hace falta argumentar mucho. Es como si el flujo de la conversación fuera conocido de antemano, como si ya supieras lo que va a decir, como si te conocieras desde hace mucho tiempo. Tu alma gemela se parece mucho a ti, tiene tus mismos intereses, piensa de forma parecida, por eso está siempre de tu mismo lado y cuando te ves con él o ella sientes unas ganas enormes de abrazarlo y besarlo, de fundirte en él. Y me tatareó la canción de Gilberto sobre almas gemelas.
Bueno, dije yo, un poco abrumado y queriendo bajar la intensidad de la conversación, esto de las almas gemelas era un rollito que antes se usaba mucho para ligar. ¿Alguna experiencia reciente?, le pregunté. No, me dijo, pero me lo ha recordado la película. Mi alma gemela es un chico argentino al que conocí al acabar la secundaria. Y pasaba eso, todo era muy fácil con él. Ambos dábamos el mismo tipo de respuestas a los problemas o situaciones que se iban presentando. ¿Fue tu novio?, le dije. No, qué va, dijo enseguida. Me gustaba mucho hablar con él y hacer cosas juntos, pero la cosa nunca pasó al terreno de lo sexual. La atracción no es sólo física o sexual. Es algo más parecido a la complicidad y la ternura que está en los gestos y en las miradas. Eso ya me lo creo menos, le dije. O erais unos críos o esas cosas acaban como acaban. Ella siguió asegurando que, al menos en su caso, no fue así. Las almas gemelas se quieren mucho y ni siquiera necesitan hablar con mucha frecuencia, pero saben que aunque haya pasado un tiempo sin verse todo seguirá igual. Y se pasó casi media hora construyendo una teoría sobre algas gemelas. No estuvo mal, aunque me pareció poco creíble.
¿Y hay almas des-gemelas?, le pregunté. Porque de esas almas “incompatibles” sí que he conocido a algunas. Y es verdad que es algo que sucede, incluso, en gente que se atrae físicamente. Así que debe ser cosa del alma, como tú dices. Algunas hasta llegan a casarse o liarse y no descubren la incompatibilidad hasta tarde. O la niegan sin más. Pero basta verles. Es todo lo contrario de lo que tú decías: desean hablar de lo mismo y en realidad halan de cosas distintas. A veces, incluso estando de acuerdo, acaban discutiendo. Se les acumulan los malentendidos, la desazón, el deseo contrapuesto de estar juntos y de no poder hacerlo.
¿Te pasa eso a ti?, me preguntó a bocajarro. Ah, no, le dije, estaba hablando de gente que conozco. He leído en algún sitio, me dijo ella, que también puede haber almas gemelas que tienen deudas pendientes de otras vidas anteriores y eso les hace llegar a ésta como enemigos o personas que se hacen daño entre sí. Bueno, pensé, tampoco hay que exagerar.
En fin, no estuvo mal para un viaje de 12 horas y media. Aunque esto de las almas gemelas suena un poco a mito y a esas historias medio esotéricas del karma, la fusión y el paso de unas vidas a otras, está bien creer en ello. Quizás un poco aburrido, tanta afinidad. También las discusiones tienen su encanto. Te hacen sentirte más libre, más original. Pero, en cualquier caso, gusta pensar que uno tiene por ahí unas cuantas almas gemelas deambulando por el cosmos y que en cualquier momento te vas a tropezar con una de ellas y vas a sentir en su mirada ese imán que te atrae irresistiblemente hacia una fusión intelectual y física plena. Sólo que es probable que cuando eso esté sucediendo empiece a sonar el despertador y todo se vaya al carajo. Es lo malo de los buenos sueños.
En fin, como buen gallego debería decir de las almas gemelas que yo creer, no creo en ella pero “haberlas, haylas”. Aunque me parece más realista lo que escribe una chica en Internet: “a mí también me gustaría encontrar mi alma gemela, pero por lo pronto me conformo con el ke tengo”.


....


CANCIÓN DE GILBERTO

Como dos delfines jugando en las olas, siguiendo los barcos, así siempre estamos.
Como
Dos palomas que se ven a solas en un campanario, así nos amamos.
Parece que fue ayer que nos unimos, pero es amor de tiempo y sigue vivo.
Estamos amarrados hasta el fin.

Si tú saltas yo salto, si tú vuelas yo trato
Si tú estás a mi lado no me importa nada más
Si caminas yo ando, si tu ganas yo gano
Si tu sientes tristeza, yo también me siento igual
Somos almas gemelas


Como dos palmeras que han crecido juntas, solas en el campo así siempre estamos
Como dos estrellas que parecen una, en un cielo claro, así nos amamos

Parece que fue ayer que nos unimos, pero es amor de tiempo y sigue vivo

Estamos amarrados hasta el fin


Si tu saltas yo salto, si tu vuelas yo trato

Si tu estas a mi lado no me importa nada más

Si caminas yo ando, si tu ganas yo gano

Si tú sientes tristeza, yo también me siento igual

Somos almas gemelas


Tú para mi, mi complemento para ser feliz, yo para ti, yo he nacido para ti

Tal para cual,

no hay nada más que buscar, sin discusión así somos,

almas gemelas


Tu para mí, hecha a la medida, yo para ti, por el resto de mi vida,

tal para cual

Somos el uno del otro en alegrías y penas,
almas gemelas


Tú para mí, nuestras almas que se entienden, yo para ti, sin duda a la perfección,

tal para cual

Somos uno solo en un solo corazón,
almas gemelas

Tú para mí, nuestros destinos unidos, yo para ti, sentimientos idénticos,

tal para cual

Y ese sentido de amor que nos salva y nos renueva

Tu para mí, como dos gotas de agua, yo para ti, como dos granos de arena, t

al para cual

Como dos palomas, dos palmeras,
almas gemelas


Tú para mi, tal parece que fue ayer que nos unimos, yo para ti,

pero es amor de tiempo y sigue vivo

Es perfecto este amor, tú conmigo yo contigo,
almas gemelas

Tú para mí, yo sigo por tu camino, yo para ti, tú caminas por mis huellas, tal para cual

Si estás feliz yo me río, y lloro tu pena,
almas gemelas

jueves, abril 23, 2009

LA MUSA



Al final, tras un periodo de excedencia voluntaria por no sé qué razones (algo que tenía que ver con el agotamiento psicológico, creí entender), volví a encontrarme con mi musa. En realidad debería estar bastante irritado con ella pues me ha dejado en la estacada durante mucho tiempo. Y el blog se ha desecado como esos centros florales que nadie riega. Pero la pobre, últimamente empezó a tener mala cara, así que a todos nos pareció bien que se tomara un tiempito de asueto. Ahora ha vuelto con fuerzas renovadas, o eso me ha prometido. Ojalá sea así. La verdad, se está más tranquilo sin tener que preocuparse de contar nada pero también se echa de menos el compartir emociones demasiado intensas como para dejarlas encajonadas. Y, desde luego, también se te van acumulando los demonios interiores sin que tengas la posibilidad de echarlos fuera. Así que estoy encantado del regreso de la Musa. Seguro que aún le llevará unos días coger el ritmo pero poco a poco todo se andará. Voy a poder ir al cine y contarlo, sentir cosas y contarlas, soñar sueños y contarlos. En fin, lo que venía siendo hasta ahora y que se interrumpió.
Ya veremos qué da de sí esta nueva etapa.