martes, noviembre 14, 2023

SALA DE PROFESORES

 

Santiago de Compostela celebra estos días el festival de cine CINEUROPA, tres semanas de dedicación intensiva al cine, siete salas repartidas por la ciudad, más de 300 entre películas, documentales y cortos, de suma actualidad algunos, de merecida recuperación otros. Y lo que impresiona más es ver la movilización ciudadana que el festival provoca, las salas llenas de gente de todas las edades, las conversaciones permanentes sobre el cine. Me recuerda mucho a los maratones de cine que nosotros hacíamos en los colegios mayores en nuestra etapa de estudiante: eran horas y horas de cine (10-15 horas diarias siguiendo sesiones continuas de película tras película). Bueno ahora ya no es lo mismo, pero llevamos varios días con dos películas cada tarde. Y, uff!, te llega.

Empezaré diciendo que esta tarde hemos visto una gran película. Es cierto que como profesor puedo vivir y sentir esas situaciones de una manera especial, pero calculo que eso mismo es lo que han sentido y vivido todos los que la han visto: su gran potencia narrativa, su ritmo creciente, la tensión que te genera, la forma en que acabas identificándote (yo,  al menos) con la joven profe a la que le crecen los enanos y cada vez que da un paso para intentar arreglar las cosas, todo sale al revés. El hecho de que haya sido nominada al Oscar como mejor película extranjera, es buen reflejo de su calidad.

Sala de Profesores es una película alemana de este mismo año 2023, dirigida por Ilker Catak y protagonizada por Leonie Benesch (fantástica profesora joven) y Leonard Stettnisch (que hace un papelón como alumno). El guión es muy bueno y logra contar la historia de una manera que te mantiene permanentemente en vilo. Logra, además, que algo que podría parecer un problema escolar nimio se convierte en una rendija por la que se van a colar muchos de los problemas de convivencia que afronta nuestra sociedad. La fotografía, casi siempre de interiores, está bien y la música te lleva en volandas a lo largo de la historia marcando el ritmo, acelerado en ocasiones y más tranquilo en otras. Pero la gran arma de Catak es ese vértigo que se expresa a través de la propia protagonista, en sus anhelos, en sus prisas, en los dilemas que afronta, en sus momentos de agobio, en sus carreras, en el tránsito de unas secuencias a otras…

 Es asombroso ver cómo la rápida secuencia de situaciones y giros en la historia a la que nos va enfrentando el guión, las conversaciones (siempre correctas, pero con ese grado de tensión que plantean las preguntas que se van abriendo), la forma en que personas sensatas como los profesores se van viendo superadas por los acontecimientos, todo ello hace que no te puedas figurar qué va a suceder a continuación. Así que la película se hace corta.

Vista la película con mis ojos de profesor, resulta muy interesante. Ya ha habido, en el pasado otras películas y obras de teatro planteando cuestiones similares: que un hecho aislado acabe removiendo las rutinas académicas y perturbando la convivencia en el centro escolar. En este caso es la aparición de pequeños robos en el colegio, pero podría ser cualquier otra cosa. Las instituciones escolares son ecosistemas complejos que subsisten en base a equilibrios difíciles. Los factores personales se mezclan con los profesionales y ambos con los laborales; está presente la política con sus normativas, los gestores y docentes con sus criterios profesionales, los estudiantes con sus demandas y los padres y sus WhatsApp como fuente de presión permanente. Al final, las escuelas son un trasunto bastante fiel de lo que es la sociedad en su conjunto. A veces, el profesorado vive la fantasía de que su escuela es como una especie de oasis en un entorno problemático, pero esa idea feliz dura hasta que surge algún problemilla como el que plantea la película y la fantasía se desvanece.

La profesora protagonista no lo hace mal, a mi manera de ver, salvo, quizás, su ímpetu en querer resolver el problema de inmediato y por ella sola. Tampoco el profesorado se sale de su papel, aunque alguna de sus formas por esclarecer los hechos resulten inoportuna. Ni cabe achacar posturas incomprensibles a los padres. Ellas/ellos están en su papel y sus preocupaciones son justas. Es decir, en realidad todos los sectores de la comunidad educativa se mantienen en ese espacio de normalidad que cabría esperar de ellos/as. Pero el conflicto surge porque hay muchas formas de ver, analizar y gestionar los problemas. Al final, las escuelas son microcomunidades sociales que funcionan sobre bases bastante similares a las de la macrocomunidad a la que pertenecen sus miembros.

Así pues, una buena película, no tanto como película educativa o sobre la educación, aunque esto  habría que matizarlo porque en ella hay, quizás, poco de instrucción, pero hay mucho de educación en valores, de gestión de relaciones y conflictos, de respeto a los estudiantes. Es una película sobre la vida social en general. La historia que se cuenta sucede en una escuela y eso le da un toque especial, pero podría suceder en otros contextos (un hospital, una entidad pública, una empresa, etc.) y su desarrollo, más allá de los detalles contextuales, sería bastante similar.

Tan satisfecho salí de la presentación que, como en el ciclo de Cineuropa te piden que valores cada película que veas, yo le puse un 10.

 

lunes, noviembre 06, 2023

LA VIDA ERA ESO, de Carmen Amoraga

 



 

Ya me había gustado mucho la primera vez que lo leí. Por su originalidad, porque habla de cosas que te hacen reflexionar sobre tu propia vida, porque está bien escrito, porque te emociona a la vez que te hace reír y te sorprende. Porque los personajes de la historia son tan normales que enseguida te identificas con ellos y comienzas a formar parte de su mundo.

Carmen Amoraga es una periodista valenciana que, tras pasar por diversos medios de comunicación, fue asesora de comunicación del rectorado de la Universidad de Valencia y, posteriormente, Directora General de Cultura y Patrimonio en la Generalitat Valenciana. Asidua de las convocatorias de premios literarios posee una buena cosecha de ellos. En concreto, La vida era eso se llevó el Premio Nadal de novela del año 2014.

Un hermoso libro. Si uno cuenta que se trata de una mujer que ha perdido a su marido por una enfermedad de cáncer, lo que le deja sola con sus dos hijas, aún pequeñas, la idea que nos haríamos es que se trata de una historia luctuosa y poco apetecible. Pero no es verdad. Cierto es que no faltan los problemas y las angustias por reconstruir la propia vida y hacerlo sin destrozar en exceso la de las hijas, pero no es una novela triste. De hecho, tengo que confesar que, aunque también he llorado, me ha hecho reír y disfrutar mucho del humor argentino de los protagonistas.

Ese es, justamente, uno de los aciertos de la novela, que está en argentino. Y no solo por el lenguaje, sino por toda la historia, por la forma de vivir la vida, de actuar, de reaccionar ante los conflictos, de conversar, de convertirlo todo en palabra aguda... Ese humor argentino, inteligente, sinuoso, eufónico… Hechas en argentino, las broncas se convierten en juegos florales llenos de adjetivos que tienen tanto de insulto como de ciclogénesis semántica. Y no sabes sin sonreír ante la creatividad sonora del insultante o cabrearte por lo que te dice. Sobre todo los diálogos son fantásticos. Ignoro si la obra fue llevada al teatro, aunque su estructura y concepción lo harían fácil. Sería algo parecido a aquellas “5 horas con Mario” de Delibes, que tan magistralmente representó durante tantos años Lola Herrera. Pero en este caso, en argentino, lo que le daría, de partida una forma muy diferente de intentar llenar la ausencia con recuerdos y nostalgias.

El esposo ya murió, pero ella lo lleva en su recuerdo, le escribe posts en su blog, reconstruye lo que fue su vida de pareja, desarrolla un duelo alargado pero suave. Es un avanzar trabajoso desde las expectativas que habían generado como pareja a la vida real de una familia monoparental con una madre que ha de reconstruir su propia vida y atender a las dos niñas que quedan bajo su tutela. En el caso de Giulana, la protagonista que lo cuenta en primera persona, es un proceso complejo que ella va recorriendo en un diálogo permanente entre pasado (lo que fue su vida en pareja) y futuro (siempre frente al espejo de esa ausencia presente de su compañero). 

 Lo más interesante de la novela es sin duda la forma en que Amoraga trata los claroscuros de la vida en pareja. Para un psicólogo como yo y un marido con 50 años de casado, el curiosear sobre vidas ajenas, aunque sean ficticias, resulta un ejercicio de voyerismo muy apetecible. ¿Cómo son las otras parejas, cómo gestionan sus encuentros y desencuentros, cómo resuelven sus conflictos, qué se dicen, cómo evolucionan a medida que pasan los años, vienen los hijos, se van haciendo mayores? La vida era eso va contando muchas cosas y lo hace muy bien, mezclando alegrías y llanto, como en la vida misma; describiendo las diversas capas superpuestas de grandes verdades y pequeñas mentiras sobre las que se va construyendo la relación de pareja. Pero vista en su conjunto, la novela es un gran canto de amor… con acento argentino.

Por otro lado, Carmen Amoraga es una buena escritora. Se nota que le gusta escribir y que disfruta haciéndolo bien. Y que conoce el valor terapéutico de la escritura. En mis trabajos sobre los diarios he insistido mucho en ese carácter sanador de la escritura. Y ese es uno de los motivos por los que sigo escribiendo en este blog: escribir me ayuda a ahuyentar mis propios demonios, ilumina los momentos de tristeza o melancolía, te ayuda a dar sentido a sensaciones y emociones confusas. Giuliana lo describe muy bien en un  comentario que hizo su marido (escritor él) en una anotación al libro El Mundo de Juan José Millás: “Comprendí que la escritura, como el bisturí de mi padre, cicatrizaba las heridas en el instante de abrirlas, e intuí por qué era escritor” (p.65).

Interesante resultan, también, otros pasajes de la novela. Por ejemplo, cuando se refiere a la necesidad de contar las cosas, de hablar con la gente aunque no te apetezca. “Hace poco leí, (le dice Giulana a su madre que le recomendaba justo eso, que hablara con amigos), que si decís que estás bien cuando te preguntan, enviás ese mensaje a tu cerebro, y el mensaje va calando, y poco a poco estás mejor, y además, así te ahorrás el trago de tener que explicar a la gente por qué estás mal…” Y poco después, su madre remacha esa idea con una frase que atribuye a Frida Kahlo ”amurallar el propio sentimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior (p. 80).

Hay otras muchas frases que da gusto recordar (espero no estar haciendo spoiler de la novela, al contrario, lo que quisiera es hacer publicidad de ella y animar a las escasas personas que puedan llegar a leer este post a buscarla y disfrutarla):

o   Los milagros: Hay dos formas de ver la vida: una es no creer en los milagros y la otra es creer que todo es un milagro. Se lo atribuye a Albert Einstein (p. 103)

o   -La vida: Will (su marido muerto) decía que los amigos son como los anillos, o te entran o no te entran. En realidad, lo decía de las relaciones en general, de los afectos, o te entran o no te entran; si los fuerzas, la cagas, lo único que logras en lastimarte el dedo. (p. 122)

o   -La muerte de los amigos (su amiga Marie convoca al entierro de su esposo a los amigos de éste con una frase de Unamuno): “ Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros mismos” (p. 161)

o   -La vida (un día tomando ellos dos un café frente al colegio de sus hijas, los azucarillos que les pusieron traían frases; el de él decía una frase de Confucio): “Todos tenemos dos vidas. La segunda comienza cuando nos damos cuenta de que solo tenemos una” (p.192)

o   -Un Haiku, (leído cuando ya no estaba bien y como queriendo señalar que la vida debe seguir pase lo que pase) “Y aunque nada brote en primavera ni se marchite en otoño, todo está bien” (p.280)

o   -Poema de Benedetti: “Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor”. (p. 295)

o   -Los abrazos (escribe Giuliana en uno de sus post ya al final de su periplo de recuerdos): “Miren lo que he leído: la duración media de un abrazo entre dos personas es de 3 segundos, pero los investigadores han descubierto que, cuando dura un poco más, solo unos segundos más, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente. Dicen los científicos que un abrazo sincero produce oxitocina, ya saben, la hormona del amor y, por eso, abrazar nos relaja, nos hace sentir seguros y calma nuestros temores. Leo que esto sucede cada vez que tenemos a una persona en nuestros brazos… (p. 311)

Ganó merecidamente el Nadal del 2014. Han pasado 10 años, pero sigue siendo una lectura muy recomendable.

viernes, noviembre 03, 2023

CURIOSIDADES SOBRE LA SALUD

 

 

Ya dice el dicho que no habrá día en que te acuestes sin haber aprendido algo nuevo. No sé si dicho así (lo de “aprender”, puedo que resulte algo exagerado) sea cierto, pero lo que sí sucede es que, a nada atento que estés, siempre encuentras motivos de asombro. Me pasó el otro día con la radio. Programa de Julia Otero, en las tardes de Onda Cero.  Por su programa van pasando diferentes personajes, unos fijos y otros ocasionales. Supongo que el que estaba participando en ese momento era de los habituales. Posiblemente un médico que va divulgando cada tarde distintos aspectos de salud.

Hablaba de la salud y la longevidad, temas manidos en la programación radiofónica, pero éste tipo tenía su gracia. Ya acababa su intervención cuando le soltó a Julia: Te voy a dar una serie de consejos sanitarios que te van a asombrar. Supongo que los oyentes levantarían la ceja, como hice yo, ante tal pretensión. Julia sonreiría pues ella ya conocía las recetas de antemano.  Y sí, oye, las recetas o recomendaciones fueron muy chocantes. 6 cuestiones planteó (siento no haber escuchado bien su nombre porque se merecía citarlo como fuente); cosas, decía él, que incrementan la salud y la probabilidad de vivir más:

1.- Cambiar con frecuencia la funda de la almohada.

¿La almohada?, pensé para mí, qué carajo tiene que ver la almohada con la salud. Pensé que tendría algo que ver con el dormir bien si la funda está limpia y fresca. Pues no: “la funda de la almohada acumula hasta 300 veces (me sonó a un número tan exagerado que no sé si fue éste) más de bacterias y suciedad que la tapa del retrete. Por la noche somos un criadero de desperdicios (células muertas, sudor, saliva…) que son una delicia para los ácaros. Pues eso, cambiarlas, al menos, una vez por semana.

2.- Acostarse con los calcetines mojados.

No, dijo Julia, esto es imposible, qué madre va a acostar a su hijo con los calcetines mojados. Pues sí, dijo él, y lo explicó. Estaba yo tan alucinado que ni se me ocurrió atender la explicación, pero era algo que tenía que ver con contraer los vasos sanguíneos del pie y que eso relajaba el sistema vascular y revitalizaba la circulación. Y, a más a más, dormías mejor.

3.- Practicar deporte de raqueta.

Yo tenía entendido justamente lo contrario, que son peligrosos, sobre todo a medida que vas cumpliendo años, porque comprometen las articulaciones de rodilla y tobillos. Pues no! Citó una investigación aparecida en el British Journal of Medicine que señalaba que quienes juegan a ese tipo de juego tienen un 47% más de posibilidades de vivir DIEZ AÑOS MÁS. ¡Que exageración!

3.- Mudarse a vivir a la montaña.

Parece demostrado, decía, que en espacios elevados se vive más. Y no es solo por la altura (no valdría vivir en un rascacielos), es por todo lo que la montaña conlleva de oxígeno, aire límpio, estilo de vida, etc. Otro de los contertulios le decía que sí, que es probable que vivan más y, en todo caso, que lo que vivan se les va a hacer mucho más largo.

4.- Tener el culo gordo.

Ja, pensé, esto está bien, al final hay una recomendación que ya cumplo. Y para que no nos lo tomáramos a chirigota, citó un estudio de la Univ. de Oxford en la que llegaron a esa conclusión tras estudiar a más de 6000 mujeres. El culo gordo estaba relacionado con una mayor inteligencia y menos riesgo de sufrir diabetes porque se regula mejor la insulina. Y nos aclaró que no se trata de defender el sobrepeso, sino que la cuestión está en cómo está distribuida la grasa. Por lo visto, tenerla en el culo, es muy saludable. La de la barriga y los michelines, no. La cuestión es si sucede lo mismo en los hombres de culo gordo.

5.- No ver la tele.

Las personas que ven mucho la tele tienen un 46% más de probabilidades de morir pronto. Citó algunos estudios que venían a decir que cada hora de tele te reduce 22 minutos de vida. A saber quién y cómo hicieron esos estudios. Los haría gente de la radio, porque, en cambio el leer o escuchar la radio tiene solo efectos positivos.

No sé si creerme estas cosas. Por supuesto, he ido a mirar cada una de ellas en Internet, y sí algo de eso hay. Pero puestas así todas juntas hacen un conjunto chocante. Dejémoslo ahí.