sábado, febrero 23, 2008

La bandera


Ahora que en España estamos agobiados con las banderas que se han convertido en símbolos equívocos y fuentes de controversia, me he encontrado en un país donde todo es distinto en relación a eso. Una de las cosas que más me ha impactado esta semana mexicana es el protagonismo que tiene la bandera en la vida mejicana y, sobre todo, en la educación.

Llegué un lunes a medio día a San Luis y me acompañaron en la comida el equipo directivo de la institución. Todos muy trajeados. Les pregunté por qué y me dijeron que como era lunes tenía los honores a la bandera. No entendí bien lo que me quería decir. Me explicaron que cada lunes se honra a la bandera en las escuelas. Se canta el himno y se iza la bandera. Y todos están (lo pude ver esa tarde en una plaza pública) con un nivel de seriedad infinito, con el brazo cruzado sobre el pecho y absolutamente entregados al acto. Y eso cada lunes. Desde preescolar. ¡Con el follón que se ha montado en Galicia con el tema del himno en las galescolas!.


Pues nada, además de cada lunes, mañana día 24 será el día de la bandera. Y los niños de Primaria habrán de jurar públicamente la bandera en un acto oficial. La letra del juramento es la siguiente: ¡Bandera de México! Legado de nuestros héroes, Símbolo de la unidad de nuestros padres y de nuestros hermanos, te prometemos ser siempre fieles a los principios de libertad y justicia que hacen de nuestra Patria, la nación independiente, humana y generosa, a la que entregamos nuestra existencia.


Instalados como estamos en pleno posmodernismo donde este tipo creencias y valores globales e impuestos suenan a raro, llama mucho la atención cómo se vive aquí. No acaban de entender nuestra desafección por los símbolos patrios. Es una sensación que ya he vivido en otros países iberoamericanos. Quizás sea que son países jóvenes que precisan reforzar su identidad como tales. Y lo hacen a través de símbolos.


La cosa es que te genera disonancia cognitiva. ¿Hemos perdido o hemos ganado en ese proceso? ¿Se hace bien con incorporar ese tipo de formación desde preescolar como fórmula de homogeneización y consenso social? La progresía española no lo aceptaría de ninguna manera. Yo tampoco lo veo claro, pero si les miras a los ojos a esta gente, nuestros amigos, quienes están formando los futuros profesores de este país ves tal convencimiento que te entran dudas.

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