(Retrasado del día 1 de Enero)
No tocaba, pero ayer sacamos un poco de tiempo para el cine. Cine de sofá, claro. No va a ir uno al cine en nochevieja con tantas cosas que preparar en casa para la cena. Quise ver “Los fantasmas de Goya” pero algo pasó en el DVD que no funcionó. Así que nos tuvimos que conformar con “Antes del amanecer”, film de Richard Linklater (1995) de la que había leído muy buenas críticas como una de las mejores películas románticas que se hayan filmado. El día era propicio para eso, además.
Me gustó mucho. Tiene cosas magníficas y describe con una naturalidad inmensa el siempre complejo proceso de enamoramiento de una pareja. Dos jóvenes que se conocen incidentalmente pero que deciden ampliar su encuentro unas horas (hasta el amanecer) para ver qué tal les va. Incluso el punto de partida es divertido: todos (los casados y casadas, se entiende) hemos conocido a mucha gente antes de encontrar a nuestras parejas actuales. A veces fueron encuentros puntuales, o simples conversaciones. ¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos detenido un poco más en esa relación,simplemente para comprobar si compaginábamos o no?. Un punto de partida estupendo. No recuerdo en qué otra película se hacía el proceso contrario: el señor mayor (no recuerdo si separado o viudo) echaba mano de su agenda y trataba de ir visitando a todas las que habían sido sus novias. Para ver si seguía vivo el interés mutuo. Y lo que comprobó fue desastroso. Pero en este caso, la cosa les sale bien.
A lo largo de la tarde, con sus altibajos, se va construyendo una relación interesante. Van tocando todos los temas que una pareja precisa tocar para conocerse (a veces, con modos muy graciosos y efectivos como la llamada a un amigo imaginario para contarle lo que está pasando). Tengo que reconocer que me pareció más interesante ella, Julie Delpy, que él, Ethan Hawke. Hacía reflexiones más profundas, tenía una visión de la vida más madura. Y eso que el personaje masculino va diciendo cosas que tienen mucha miga. Por ejemplo, eso de que todos hacemos las cosas que hacemos con el objetivo de que nos quieran un poco más. O, lo difícil que es sobrellevar un abandono, el que alguien te deje. Me gustó mucho el cómo se había hecho consciente de la diversa forma de ver las cosas, según cuál sea ellado de la barrera en el que estés. “Yo había dejado muchas veces a las chicas con las que salía pero, hasta que me han dejado nunca había pensado en lo mal que se pasa”.
Por otra parte, en la película van apareciendo personajes interesantes. La adivina y su frase de que “somos polvo de estrellas”, que resulta difícil de interpretar pero suena fantántico. O el camarero, que le presta una botella de vino, así por el morro, para que pase “una noche inalvidable”. O los actores de la vaca. En fin, una historia muy bien contada y amena. Y eso que el sexo brilló por su ausencia, como si ambos hubieran estudiado en la Compañía de María. En todo caso, como se refiere a situaciones por las que todos hemos pasado resulta fácil identificarte con uno o con otro. Así que la película es como un recorrer tu propia película (“ves, eso me hubiera gustado también ; a mí”; “cuando yo te dije eso, me pusiste una cara fatal”; “tú eras mucho más estrecho en esas cosas”te”; “nuestra primera discusión fue más beligerante”; “tú eras mucho más lanzado que él… sí porque tenía muchas menos dudas”) Y así,como quien come cacahuetes fuimos desgranando nuestros primeros pasos. Es la ventaja de estar en casa.
Me gustó mucho. Tiene cosas magníficas y describe con una naturalidad inmensa el siempre complejo proceso de enamoramiento de una pareja. Dos jóvenes que se conocen incidentalmente pero que deciden ampliar su encuentro unas horas (hasta el amanecer) para ver qué tal les va. Incluso el punto de partida es divertido: todos (los casados y casadas, se entiende) hemos conocido a mucha gente antes de encontrar a nuestras parejas actuales. A veces fueron encuentros puntuales, o simples conversaciones. ¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos detenido un poco más en esa relación,simplemente para comprobar si compaginábamos o no?. Un punto de partida estupendo. No recuerdo en qué otra película se hacía el proceso contrario: el señor mayor (no recuerdo si separado o viudo) echaba mano de su agenda y trataba de ir visitando a todas las que habían sido sus novias. Para ver si seguía vivo el interés mutuo. Y lo que comprobó fue desastroso. Pero en este caso, la cosa les sale bien.
A lo largo de la tarde, con sus altibajos, se va construyendo una relación interesante. Van tocando todos los temas que una pareja precisa tocar para conocerse (a veces, con modos muy graciosos y efectivos como la llamada a un amigo imaginario para contarle lo que está pasando). Tengo que reconocer que me pareció más interesante ella, Julie Delpy, que él, Ethan Hawke. Hacía reflexiones más profundas, tenía una visión de la vida más madura. Y eso que el personaje masculino va diciendo cosas que tienen mucha miga. Por ejemplo, eso de que todos hacemos las cosas que hacemos con el objetivo de que nos quieran un poco más. O, lo difícil que es sobrellevar un abandono, el que alguien te deje. Me gustó mucho el cómo se había hecho consciente de la diversa forma de ver las cosas, según cuál sea ellado de la barrera en el que estés. “Yo había dejado muchas veces a las chicas con las que salía pero, hasta que me han dejado nunca había pensado en lo mal que se pasa”.
Por otra parte, en la película van apareciendo personajes interesantes. La adivina y su frase de que “somos polvo de estrellas”, que resulta difícil de interpretar pero suena fantántico. O el camarero, que le presta una botella de vino, así por el morro, para que pase “una noche inalvidable”. O los actores de la vaca. En fin, una historia muy bien contada y amena. Y eso que el sexo brilló por su ausencia, como si ambos hubieran estudiado en la Compañía de María. En todo caso, como se refiere a situaciones por las que todos hemos pasado resulta fácil identificarte con uno o con otro. Así que la película es como un recorrer tu propia película (“ves, eso me hubiera gustado también ; a mí”; “cuando yo te dije eso, me pusiste una cara fatal”; “tú eras mucho más estrecho en esas cosas”te”; “nuestra primera discusión fue más beligerante”; “tú eras mucho más lanzado que él… sí porque tenía muchas menos dudas”) Y así,como quien come cacahuetes fuimos desgranando nuestros primeros pasos. Es la ventaja de estar en casa.
He visto que hay una segunda parte: Antes del anochecer. Habrá que verla.
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