sábado, noviembre 11, 2006

¿Un confesionario o el Hide Park Corner?

¿Para quién se escribe un blog? ¿Para tí mismo o para que lo lean otros? ¿Y esos otros deberán estar seleccionados (que tú les des permiso) o podría ser cualquiera? ¿Y qué pasará si encuentra tu blog alguien próximo a tí (tu compañera, tus hijos, tus colegas de trabajo)? ¿Y si has escrito algo que les afecta y no les gusta los que has escrito?
Llevo muchos años escribiendo diarios y siempre ha sido una cuestión sin resolver. O te impones una autocensura con respecto a lo que puedes y no puedes escribir o corres un riesgo enorme de que lo que escribes caiga en manos de alguien que puede verse afectado. Mis amigos psicoanalistas me dicen que si escribes es que, aunque sea inconscientemente, deseas que alguien lea lo que has escrito. Y si lo haces en un blog ese deseo ya ni siquiera es inconsciente.
Pero yo lo que siento es que tengo ganas de contar cosas. Me encantaría tener una columna semanal en un periódico. Asumo todo lo que esto tiene de narcisismo. Pero también es un juego hecho de palabras. Puedes contar cosas e imaginar cosas, puedes ser tú y ser otros, puedes dialogar con gente que no ves y que probablemente nunca te lean. Tiene mucho morbo, la verdad.
Bueno, la cosa es que no sé si avisar a mis amigos de que he iniciado este blog o mantenerlo en secreto. Me encantaría mucho que lo supieran y que pudieran hacer los comentarios que deseen. Y, a la vez, soy consciente de que eso me hará perder libertad porque no podré dejar de pensar en cada uno de ellos y sus posibles reacciones cuando escriba.
Un lío.

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