lunes, noviembre 20, 2006

La naturaleza

Acabo de regresar de Tenerife. Ya lo conozco bien de muchos viajes anteriores, pero cada vez que regreso allí me sorprende su naturaleza pujante. Tenerife es, sobre todo, naturaleza. Hermosa a más no poder. Naturaleza en todos los órdenes y categorías. Naturaleza pura, vibrante, orgullosa. Te humilla con su poder pero hace que te sientas bien.
Me encantan las montañas picudas y cortantes del Este. La carretera que va de la Playa de las Teresitas (allí íbamos a ligar en nuestro tiempo de milicias universitarias en Los Rodeos) a La Laguna es realmente sobrecogedora por los paisajes que te ofrece. Cuando se habla de "sierra" para describir un conjunto de montes, deben estar hablando de éstos. Las fuertes lluvias de los últimos días las habían dejado con una tonalidad verde-azulada que aún mejoraba la impresión.
El mar en el Puerto de la Cruz estaba encrespado y hacía saltar las olas de forma preciosa. Cenar acompañados por ese espectaculo fue estupendo.
Me regalaron el sábado con una visita al Teide. ¿Qué se puede decir de una experiencia así? Cada vez que te acercas a él, es distinta. Cada vez te muestra detalles nuevos que te dejan asombrado. ¡Hay tanta vida en la naturaleza muerta del Teide!. ¿Estará muerta realmente? Parece milagroso que se conserven en pie rocas que penden de un hilo. Resulta impresionante ir comprobando cómo van cambiando los cultivos a medida que asciendes. Y cuando llegas a la zona volcánica puedes cerrar los ojos un momento, pensar en lo que sabes de volcanes y volver a abrirlos para comprobar sobre el terreno cada una de las imágenes que te has formado. El Teide es el mejor libro de texto que conozco para estudiar los volcanes y la naturaleza, en general. Como uno de esos cadáveres que los profesores de medicina utilizan para ir mostrando cada músculo, cada articulación, cada rastro del paso del tiempo. Hermosa experiencia, la verdad.
Era un viaje de trabajo combinado con la necesidad de un poco de relax personal y de recarga de energía. Y, salvo que tuve que levantarme a las 6 de la mañana porque me acojonaron diciéndome que del Puerto de la Cruz a La Laguna (20 Kms. escasos) donde tenía que pronunciar mi conferencia tardaría dos horas y media largas (aunque sólo tarde una hora y, claro, tuve que esperar otra hora y medio haciendo el parvo en la puerta de la facultad), la verdad es que fué estupendo. Es como recargar las pilas.
Sólo que ahora precisaré de otro par de días para descansar. Es que, como decía una amiga, "es muy dura la vida del turista". Y si eres sólo medio turista (porque además has de trabajar) pues aún lo tienes más complicado.
Y ahora a preparar el siguiente viaje. El jueves salgo para Méjico y de allí a Chile. A ganar puntos de Iberia Plus.

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