domingo, noviembre 26, 2006

Decir "te quiero"

Sucedió. Si tuviera que decir algo después de la boda de ayer, diría que comprobé una vez más el encanto de la gente mejicana. Gente que te dice lo que siente sin necesidad de tapujos, sin cortarse. Uno (yo al menos) no está acostumbrado a ese tipo de mensajes directos que desbordan emociones. Claro que en una boda se crea un clima propicio para que eso suceda, pero no había experimentado eso en bodas españolas. Mucha gente se acercó a decirme lo mucho que querían a mi hermano, lo que lo valoraban, que lo sentían como parte de su familia, que harían cualquier cosa por él. Lo mismo con respecto a mis padres. Cada conversación se desarrollaba entre abrazos y en cada abrazo se me llenaban de lágrimas los ojos. Y así hasta las 5 de la mañana. Ni en aquellos grupos de encuentro de los años 80 había vivido yo tanta carga emotiva.
Se lo comenté a mi hermano y me dió una buena lección. Le decía yo que quizás era que habíamos bebido mucho y que eso disminuía nuestros controles y represiones. Me riñó: "Nada que ver con los tragos, hermano. Lo que sucede es que a tí te cuesta mucho decir 'te quiero'. Quieres a la gente pero no se lo dices. ¿Desde cuando no se lo has dicho a nuestros padres? ¿Desde cuándo no me lo has dicho a mí?" Y el abrazo que vino después fué el más emotivo de la noche. Un tercer grado emocional.

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