No ha sido fácil, la verdad, pero al final, aquí estamos, en Amman, llegando al hotel tras un día completo de viaje. Salimos de Santiago de Compostela a la 7 de la mañana (con lo cual, madrugón al canto) para encontrarnos en Barajas a las 12 de la mañana con el grupo que viajaba a Jordania. Los alcanzamos cuando estaban ya sacando las tarjetas de embarque en Royal Jordanian. Era un grupo amplio de 32 personas. Y entre ellos, claro, nuestros amigos Juan Manuel y Celia.
Con las tarjetas listas, iniciamos el itinerario por el aeropuerto: control de seguridad, trenecillo a la terminal internacional, control de pasaportes (ahora mucho más ágil con los controles digitales) y búsqueda de la puerta correspondiente. En nuestro caso, preferimos prevenir la larga travesía aérea con un bocata de jamón y una cervecita cristiana que nos supo a gloria. Y después, ya nada, ponerse en manos de la Royal Jordanian que nos llevaría a Amman.
Los aeropuertos son una fuente inagotable de estrés. He leído en alguna parte que causa más estrés todo el procedimiento de control y esperas de los aeropuertos que los propios vuelos. Y yo, que soy viajero impenitente, puedo confirmarlo. Dependes constantemente de decisiones que toman otros, de circunstancias tan aleatorias (que te pite la máquina, que lleves algo no permitido, que se retrase el avión, que tengas problemas con el pasaporte, que te cambien la puerta…) que solo te queda armarte de paciencia y resignación.
Y en esas, se nos perdió Elvira. Se quedó sentada mientras nos situábamos en la cola de embarque y cuando fuimos a buscarla ya no estaba. Más estrés. Juan Manuel y yo nos fuimos a buscarla, vuelta arriba, vuelta abajo por los alrededores. No estaba y el avión a punto de embarcar. Habrá ido al baño, pensé. Vigilé las puertas de los dos más cercanos, pero pasaba el tiempo y no aparecía. Le llamaba por teléfono, pero no respondía. Más estrés y la arritmia por las nubes. Y ya a punto del infarto, sonó el móvil. Era ella. Supongo que le grité ¿dónde estás? En la puerta 41, me dijo. Pero salimos de la 31, seguí gritando. Ya voy, me contestó. Y salí corriendo en su busca, cuando nos encontramos me contó que preguntó y le dijeron que había cambiado la puerta y la pasaban a la 41 y allá se fue, pero ya vio que allí no era. En fin, más estrés. Aún llegamos a tiempo a la fila antes de que se iniciara el embarque. Nos añadimos a la fila que nos guardaba Celia y, al poco, comenzamos el vuelo.
Estoy convencido de que las compañías aéreas castigan a quienes viajan con tarifas de grupo o billetes baratos. Su algoritmo de reparto de los asientos hace que esos pasajes queden siempre en los asientos de la mitad, ni ventanilla, ni pasillo; y, a poder ser, en los asientos del final. Y, además, todos separados. Así que, aunque la azafata de facturación nos prometió que viajaríamos juntos, nos tocó a cada uno en un lugar y siempre en el asiento del medio.
El vuelo resultó bien. Es un viaje largo (5 horas) pero nos fueron entreteniendo con un aperitivo, primero; después, la comida y, al final, otro pequeño refrigerio. Total, que entre comer y dormir un poco, la cosa fue pasando sin turbulencias ni penas excesivas.
La llegada a Amman fue muy buena. Nos esperaba un representante de la agencia de viajes y él nos fue arreglando todo: paso de pasaportes, filtro de seguridad, etc. Todo muy bien organizado y con gran flexibilidad por parte de las autoridades. Se nota que Jordania vive del turismo y les interesa que todos nos llevemos una buena impresión del país.
Nos esperaba un autobús en el que viajamos hasta el hotel. Habíamos llegado a las 10 y pico de la noche. Noche cerrada en Jordania. Así que el primer paseo hasta el hotel dio para poca contemplación. Llegamos al hotel y allí nos esperaba Firás, quien sería nuestro guía, un tipo grande y simpático que se hizo pronto con la situación y nos fue comentando las reglas. Nos distribuyeron en las habitaciones, nos dieron una bolsita con algo para cenar (un par de bocatas y un zumo) y nos fuimos a la cama. Ya estamos en Amman y se inicia nuestra semana de vacaciones en Jordania. Los tesoros de Jordania, se llama nuestro tour. Mañana martes a las 08:30 comenzará el descubrimiento.
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