jueves, noviembre 01, 2007

Desenamorarse.


Debe ser el otoño, no sé. Esa cosa de la caída de las hojas y de las escamas, o el frío que empieza a aparecer, lo que hace difícil las remontadas en las crisis afectivas. La cosa es que en pocos días he sabido de varios casos deconocidos que andan en plena faena de desenamoramiento. Y lo pasan fatal, según cuentan.
Hay casos trágicos. En esos chapoteos finales algunos pierden el oremus y hacen cosas incomprensibles. Por eso suceden los desenlaces trágicos, supongo. Ayer me contaban el caso de un colega universitario casado que se lió con una chica. Duraron un tiempo pero, alfinal, ella le dijo que no quería seguir. Él se volvió loco y comenzó a pintar la paredes de su casa (la de ella) con insultos y barbaridades. Al final lo detuvo la Guardia Civil y tuvo que pasar por todo el sambenito de un juicio y una condena que recurrió y todavía se la agrandaron en una instancia superior. En fin, una tragedia.
Otros y otras lo llevan de forma más callada pero no menos sufriente. Su sufrimiento por el desgarro es interior pero se les nota el esfuerzo silencioso que hacen por ir desmontando todo el edificio de sentimientos y hábitos que habían construido.
También trataron ese tema en un nuevo programa de la Cuatro, pero allí con humor y bajo un lema más físico: “desengancharse”. Pero, ni siquiera con humor, parecía la cosa fácil. Y además, no parece que haya consejo alguno que puedas ofrecer. Es un duelo que cada uno elabora a su manera. He intentado buscar qué se podría decir en un caso así (supongo que eso esperaban quienes me lo han contado) pero resulta difícil.
Lo curioso es que he encontrado varios foros de internet donde la gente cuenta sus experiencias en eso de las rupturas amorosas. En uno de ellos se hacían la pregunta: “¿Es posible desenamorarse a voluntad?” Las respuestas de algunos que han pasado por el trance me han parecido sugestivas.

Una de ellas decía:
“¿Anestesiar el corazón?: no es posible. ¿Eludir el amor cuando la flecha está clavada?: ya es tarde ¿Eliminar el sentimiento por decreto, con sólo proponérmelo?: pura ilusión. No puedo anular el afecto de un sablazo. ¿Qué hacer entonces?: arrojo, audacia en grado extremo, dejarte aunque me duela. Hacerte a un lado queriéndote, cambiar el dolor de tu presencia por el dolor saludable de tu ausencia definitiva (…) No se trata de negar lo que siento sino de no verte, de no entrar a tu territorio, de no ceder a la tentación de los sentidos, de no estar allí donde no debo estar(…)Por eso no voy a esperar a desenamorarme para olvidarte, voy hacerlo ahora, pese al amor que todavía siento.”

Otra era mucho más tajante:
Sí se puede. Solamente sustituye el amor por odio y listo, ahora odiala con todas tus fuerzas.
Claro, eso no sirve si es tu amiga, porque cómo diablos vas a odiar a tu amiga, aunque puedes hacerlo ficticiamente, es decir , haciéndote a la idea de que la odias (aunque no sea cierto), te acostumbraras a no verla con cariño.

Esta otra me ha parecido muy sensata y reflexiva:
Tal como yo lo veo, el problema no es desenamorarse de alguien, más bien lo entiendo como una desintoxicación de uno mismo de la emoción a la que nos hemos ido haciendo adictos. Hasta el punto de necesitar la "dosis" de pensamiento sobre él/ella que nos provoca el bienestar de poder soñar con tener no a la persona a la que conocimos, sino a la que hemos idealizado con tantas ansias. En el caso de verla o verle todos los días (algo que ahora mismo me sucede), sin duda alguna he de coincidir en el método de ignorar lo máximo posible su presencia, pues si me permitíis el simil, el síndrome de abstinencia se supera con tiempo, y alejados de la sustancia a la que nos hemos vuelto adictos. Lo que varía en este caso. es que, interiorizamos tanto la "droga" que finalmente nos "ponemos" con las expectativas de tenerla, algo tan etéreo que lo complica aún más. No aconsejo nada, pero admito que la decisión que yo he tomado es confirmar su rechazo y una vez hecho alejarme poco a poco del fuego antes de que termine quemándome desde dentro.

También ésta mantiene una posición sensata. Y el toque moral final, está bien:
Es posible desenamorarse cuando sueltas esta persona de tu cabeza. Cuando dejas esta obsesion. Pero si quieres y quieres y necesitas olvidarla, pues será muy dificil. Así que hay que partir para los consejos de siempre: los amigos o un nuevo amor, abocarse al trabajo o otras cosas que te distraigan. Y con el tiempo esto va dejando de ser una obsesion. Pero es dificil, sí, y depende mucho de lo fuerte que eres o del daño o recuerdo (bueno o malo) que te ha dejado/hecho. Ah me olvidaba y tienes que perdonar del fondo de tu corazón, sé que puede ser dificil. Pero tienes que perdonar, sino siempre te queda el rencor y no conseguiras olvidarla, ni tampoco caminar hacia adelante con tu vida.

Esta otra también me gusta. Es lo que yo haría:
Palabra difícil si las ahi...cuesta hasta pronunciarla sin pensarla dos veces.Saben, hoy hablaba con una amiga, de esto del amor que no es correspondido, y surgio la idea de que para dejar que llegue un nuevo amor, habia que "desenamorarse".Me niego a pensar en desechar un amor, sí creo en transformarlo, en darle un nuevo lugar en nuestro corazón, en dejarlo vivir hasta que él solito decida el tiempo que quedará entre nosotros dos.

En fin, siempre me ha llamado la atención qué distintos somos unos de otros, tanto al iniciar una relación como al concluirla.Personalmente me asombra cómo hay gente a la que no le cuesta mucho abandonar una relación, sea de amistad, de afectos especiales o de relación seria. Se tacha y se acabó. Me resulta tan difícil a mí. Y por lo que estoy viendo estos días, a mucha otra gente. Con lo bonito que es iniciar una nueva amistad o una relación, qué difícil resulta reponerse a su pérdida. Pero no hay recetas. Cada uno lo ha de afrontar echando mano de sus mejores recursos.Y sin agobiarse. Siento no poder servir de más ayuda. Ya me gustaría saber cómo hacerlo.




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