domingo, noviembre 25, 2007

CUMPLIR LOS SESENTA ENTRE AMIGOS.

Nuestro amigo Juan Gestal celebró ayer su cumpleaños. No es que fuera ayer su aniversario (ya pasó, en eso somos flexibles, uno puede celebrarlo durante toda su anualidad, así no tiene excusa) pero fue ayer que nos reunió a sus amigos en torno a una expléndida cena en su mansión de Moas. 8 parejas éramos. Las cuatro de siempre y los manolos. Y allí, en amor y compañía, le honramos como nuevo sesentón.
Estaba precavido Juan, a sabiendas de que los amigos son bastante cabrones en estas ocasiones. Se temía alguna de las putaditas que él mismo habría propuesto de ser otro el homenajeado. Cerró a cal y canto la mesa de las viandas e hizo guardia permanente sobre los territorios de riesgo. Hacia media cena daba por ganada su batalla pero fue, entonces, cuando empezaron a lloverle caralladas de mano de Elvira y Chelo. Lo coronaron como académico provecto, le pusieron la banda de honor de los 60 y le adjuntaron infinidad de adminículos alusivos a las fantasías y decadencias propias de la edad, desde un condón gigante que podría servirle de media para cubrirse la cabeza para atracar un banco, hasta dados para favorecer diversos ejercicios fíicos y otros juegos de intimidad, incluyendo herramientas de servir y servirse diversos condumios y placeres. “Mucha teta”, fue el comentario general, pues la iconografía de este año fue especialmente insistente en ese tema. Pero estuvo bien.
La cena magnífica. No faltaron, por supuesto, los suculentos mariscos de Muros bien seleccionados por Antonio el del milcien (centollas, camarones, salpicón). Y para quien quiso exagerar, una carne deliciosa “chez Matilde”. Todo ello regado con vinos de primera, un albariño Enxebre para quienes gustan del blanco y un Muga extraordinario para quienes disfrutamos más con el tinto. Debimos arrasar su cosecha porque las bolletas se agotaban con asombrosa celeridad. Y luego los postres, para los que los más enterados, como las vírgenes prudentes de la biblia, habían estado guardado espacio. La tortilla romana, delicia solo conocida para quien goza de ciudadanía muradana, estaba exquisita y, aunque nos falló el sputnik sorpresa de la tarta aniversario, también dimos buena cuenta de ella. En fín, no podía ser de otra manera si el anfitrión pertenece a cuanta sociedad existe de gourmets y degustadores de delicias varias.

Como siempre que nos reunimos no faltaron temas de confrontación (lo bueno de nuestra panda es que cubrimos todo el espectro de opiniones y pareceres, con lo cual, sea cual sea el tema la discusión es segura). En esta ocasión, el “por qué no te callas” del Rey y el funeral ácrata de Fernando Fernán Gómez dieron más juego que el vintage (tema tabú en casa de Juan, al menos hasta los postres). Claro, esto en la banda masculina. No soy buen cronista de lo que pasó en el cuerno femenino porque ellas son muy suyas en sus temas y, en todo caso, nosotros gritamos tanto que no es fácil saber a qué o quienes se dedican ellas.

Tampoco faltaron, ¡faltaría más!, los gestos de cordialidad y amistad que son los que nos mantienen juntos. Incluso en las grandes discusiones hay límites que no se pueden atravesar. La autoregulación que ahora se quiere proyectar sobre las televisiones, nuestro grupo la ejerce desde sus inicios. Nuestras mujeres son nuestra Teresa de la Vega en eso. Y todo va bien. Es interesante sentir que personas tan distintas como somos, con vidas tan disjuntas y opiniones tan opuestas se buscan, se aprecian dentro de las diferencias y les gusta disfrutar juntos.

Y, a todo esto, llegado el momento de los regalos, no faltó la prometida enciclopedia,a pesar de que todos éramos conscientes de que nos la jugábamos con Matilde que ya nos había advertido que sólo por encima de su cadáver entrarían más libros en su casa y que nos acusaría de maltrato intelectual y mobbing si cumpliamos nuestra amenaza. Pero, cabezones como somos, la enciclopedia llegó. La cara que puso Juan al recibirla fue, también, de enciclopedia. Matilde, más práctica se fue directamente a la cocina a por el cuchillo de capar. Pero, fíjate lo que son las cosas, los 50 volúmenes de la enciclopedia que tuvieron un parto difícil poco a poco fueron conquistando al personal con su sencillez y riqueza informativa. Estaban condenados a la hoguera y, al final, hasta podrían salvarse. Así que la broma, aunque riesgosa (más para mí a quien echaban la culpa de haber promocionado la idea) salió bien.
Cuando apareció el GPS última generación, las aguas volvieron a su cauce y ya no hubo decapitaciones ni desalojos. Y a Juan le gustó. Ahora sólo le falta hacer el master que conlleva su uso. Y luego aprovecharlo para las múltiples aventuras que le quedan pendientes en la nueva década.

Y llegó la hora de los poemas y felicitaciones. Un problema esta vez porque nuestro vate oficial es el propio Juan. Y claro, no iba a hacerse él su propia felicitación. Así que tendrían que entrar en la plaza los sobreros. Y tratar de buscar rimas e ideas que no desdijeran de la ocasión. Por escaqueo general y sin casting alguno, tuvimos que aceptar Fidel (en gallego) y yo (en castellano) la tarea. Nada fácil, desde luego porque emular al poeta oficial es tarea imposible. Pero lo hicimos y, bueno, no nos darán el premio Adonis de la poesía, pero la cosa quedó digna. Añado, al final, mi loa al amigo sesentón.

Y eso fue, nuestra celebración. Otra más. El club de los sesentones se va ampliando y ya son mayoría. Los pocos que nos resistimos tampoco tardaremos mucho en llegar. Y viéndo cómo lo están llevando los amigos, tampoco parece tan malo. Y, en todo caso, de tener que llegar ahí es mejor hacerlo con una fiesta rachada y en compañía de amigos. Al final, con 30 ó con 60, es lo mismo. Buena parte de nuestra fuerza reside en la calidad de los amigos. Lo que en este caso, sobra decirlo, está garantizado. Y ahora nada, a esperar a ver a quién le toca la próxima enciclopedia. Felicidades Juan, que sigas siendo tan feliz de sesentón como lo fuiste de cincuentón. Y que nosotros estemos como para celebrarlo.

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Éste fue mi poema.
¡QUÉ ILUSIÓN, EL SEÑOR DE MOAS SE NOS HIZO SESENTÓN!

Cumplir 60 años, ¡qué ilusión!,
Puedes ver tu vida como en una función….

60 años, 60 sueños,
60 besos, 60 amigos,
60 cursos, 60 viajes,
60 enfados y 60 juergas,
60 cenas y 60 débitos (conyugales, por favor...)

60 años, ¡qué edad!
la experiencia de 4 de 15,
el deseo de 2 de 30,
la eficacia de 5 de 80…
60 años, ¡qué edad, amigo Juan!

Cumplir 60 años, ¡qué ilusión!,
Puedes ver tu vida como en una función…


60 años es mucha vida, muchas vidas.
De Muros a Santiago y desde aquí a medio mundo.
Chaval, estudiante, amante,
médico, profesor y amante,
esposo, padre y amante,
político, académico y amante,
viajero, poeta y amante,
escritor, doctor y amante.
Mucha vida, muchas vidas, tanto empeño…

Cumplir 60 años, ¡qué ilusión!,
Puedes ver tu vida como en una función….

Cumplir 60 años, qué ilusión…
Las cosas cambian…
Menos fuerza pero más esfuerzo,
menos vitalidad pero más inteligencia,
menos orgullo pero más compasión,
menos prisa pero más disfrute,
menos dentadura pero más paladar,
menos yo pero más nosotros.

Cumplir 60 años, ¡qué ilusión!,
Puedes ver tu vida como en una función….

Y qué fue antes, doctor, o qué fue más,
el verbo o el polvo,
Pamplona o La Coruña,
Muros o Moas,
el piscosauer o el mojito,
los amoles o el amor,
el milcien o el Caney,
el jet lag o el soroche,
la Xunta o la Facultad.
¿Qué fue antes, doctor, o qué fue más?

¡Y qué más da, los 60 tienen eso,
el tiempo se hace fino y
la memoria remolona!

Cumplir 60 años, ¡qué ilusión!,
Puedes ver tu vida como en una función….

60 años es mucho tiempo,
y muchos amigos…
Javier y sus mensajes,
Fidel y sus amores,
Miguel y sus viajes,
Y los Manolos.. de los conciertos,
Y los doctores del colegueo,
Y los sibaritas del gourmeteo…
Y, por supuesto, don Vicente para el tango…

Cumplir 60 años, ¡qué ilusión!,
Puedes ver tu vida como en una función….

60 años es mucho tiempo,
Y muchas mujeres… la tuya, las nuestras.
Cariñosas, sensibles,
maduritas y ricas,
seguras y pacientes. Buenas chicas,
con casi ningún defecto,
salvo su irresistible debilidad por los vintage.

Cumplir 60 años, ¡qué ilusión!,
Puedes ver tu vida como en una función….

Entrar en los 60, ¡qué suertón!
Te importa un huevo mejorar tu currículo, ya lo tienes hecho.
Te liberan de los primeros si te cogen de rehén.
Nadie te pide que entres a rescatar personas en un edificio en llamas.
Ya no eres hipocondríaco, ahora sí estás enfermo.
Tus articulaciones pronostican el tiempo mejor que los metereólogos.
Tus secretos están seguros, ya no los recuerdas.
Tus neurosas se reducen a una cantidad manejable.
Corres menos riesgos de caer en el pecado de la lujuria que en el de gula
Y empiezas a rentabilizar en serio los años pagados a la Seguridad Social.

Cumplir 60 años, ¡qué subidón!,
Si hasta tarda más la eyaculación….

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