viernes, abril 25, 2008

Lluvias.





Estamos en días de lluvias. Lluvias intensas. Esta vez está siendo cierto aquello de que Abril, agual mil. Y yo aquí, de nuevo en la T4 de Barajas, de regreso de un par de días de viaje por Toledo (una reunión) y Madrid (un Congreso). Y saturado de lluvias.
Lo gracioso es, pensaba yo esta mañana mientras desatendía una conferencia bastante coñazo, que las lluvias son muy polifacéticas. Tienen colores y sabores. Y afectos. Comunican cosas. Así ha sido este viaje, lleno de lluvias.
He tenido lluvias reales, de esas que mojan y reviven. Así fueron las últimas noches en Santiago. Y también nos cogió un chaparrón tremendo camino de Toledo. Me han dicho que no han sido buenas para las cosechas. Pero sí para los pantanos y para el campo. En todo caso, es lo que toca. Y vienen bien.
Otras lluvias han sido de ensoñación. De esas que transmiten la impresión de que eres alguien importante. La cita en Toledo era con el Consejero de Educación de Castilla La Mancha. Nos citó a 4 personas porque quería que le diéramos ideas para su futura Ley de Educación. Y tú hablas, dices, sugieres, pontificas. Juegas al experto como si supieras mucho. Se te abren las alas de pavo real que llevas disimuladas. Es una lluvia benéfica pero efímera. A nada que te fijas, enseguida te das cuenta de que es un espejismo, un pequeño deslumbramiento del sol que acaba de salir de una nube.Pero enseguida llega otra nube que amortigua tanta luz y te permite recobrar las tonalidades reales. Pero ha estado bien refrescar el ego, tan alicaído últimamente.
También ha habido lluvias mimosas y llenas de afecto. De esas que gotean abrazos, besos más intensos que los de cortesía, miradas llenas de cariño, caricias de gentes con las que te encuentras después de mucho tiempo. Notas el afecto, la amistad que sobrevive al tiempo. A veces, incluso,la admiración que se mantiene de batallas vividas juntos. Es una lluvia que te relaja, te asegura, te pone nostálgico.
También ha habido lluvias nutricias, esas que son como complejos vitamínimos,como chutes de refuerzo positivo. Nunca faltan en los Congresos. Y menos en estos a los que asisten colegas iberoamericanos. Ellos son todo afecto y no les importa recrearse en admiraciones. Y tú les dices que bueno, que tampoco es para tanto,pero les dejas hacer. Y también he contado con admiradores de casa. Siempre los hay y son muy generosos. Son de esos que te dicen que tu voz es muy importante en estos foros, que tienes una cabeza muy bien formada, que les gusta mucho lo que cuentas y las propuestas que haces, que esperan mucho de ti, que cuentan contigo… En fin.Uno ya no está para creerse con facilidad tanto halago pero está bien un poco de magreo al Ego y una manita de pintura fresca a la autoimagen (esta vez has me han dicho que estaba más delgado).
No han faltado, tampoco, las lluvias ácidas de esas que te sacuden y devuelven a la realidad de tus debilidades. Te crees tan importante, tan reconocido que crees que esa idea brillante que acabas de tener va a arrastrar al entusiasmo a tus contertulios. Y les propones una iniciativa brillante y salvadora. Y hasta parece que sí, que, una vez más, eres un lider con carisma y que lo vas a conseguir. Paro pasa un poco de tiempo y ya notas que algo va mal. Que el entusiasmo de algunos era bastante ficticio y que, a la postre,lo que proponías no va a ir adelante. Por precipitado, porque las cosas no se hacen así, porque hay dos comisiones trabajando en eso y no podemos desautorizarlas. En fin, que gracias, pero no. Y eso te devuelve a la realidad. Chaval, deja de ser pretencioso. Eres limitado y prescindible. Vuelve a la realidad.
En fin,lo dicho,muchas lluvias. Algunas dejan barros, otras humedad, otras ese olorcito renovado y fresco de lo limpio. Algunas dejan nostalgias e incluso sueños. Incluso, a veces, hasta se dibuja un arco iris sonriente y prometedor. Está bien. Al final, lo que vale es la síntesis de todas las lluvias. Espero que no sea un constipado. Al contrario, aunque me lleve un tiempo organizar las emociones, creo que lo que quedará en límpio es que me he encontrado con amigos.Y que lo hemos pasado bien.

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