miércoles, febrero 21, 2007

Carnes tolendas.

Hoy comienza la cuaresma, aquello del carnes tolendas. Y suena raro, la verdad.
El domingo pasado se esforzaba el cura en la misa por explicar todo el asunto del ayuno y la abstinencia. El miércoles de ceniza, hoy, ayuno y abstinencia. Los otros viernes de cuaresma abstinencia. Y tuvo que hacer un gran despliegue didáctico para tratar de concretar a qué se refería cada una de esas condiciones de la penitencia cuaresmal y a quienes afectaba.
Explicar el ayuno era fácil: "comer menos, decía él, y no comer entre horas. Aunque ahora que los médicos recomiendan lo mismo pero 5 veces al día, la cosa no parece tan radical. Lo de la abstinencia era peor: "no comer carne". Claro que si puedes comer pescado, la cosa no sólo no supone penitencia.
Pero lo que llama más la atención de todo esto es que este tipo de cosas se han convertido en un discurso absolutamente fuera de nuestro tiempo. No sabría como explicárselo a mis hijos, la verdad. Y menos aún justificarlo, aunque fuera desde el espíritu religioso que aún me queda. Y pensar que hasta hace poco se le daba tanta importancia que llegó a configurar toda una cultura: los viernes no se come carne en muchas casas, como herencia derivada de esta tradición. Hoy mi mujer entraba una hora más tarde a su trabajo. Le pregunté si sabía por qué era eso y me dijo que para curarse la resaca de muchos que fueron ayer a la cabalgata de disfraces. No tenía ni idea que se trata de otra de esas tradiciones vinculadas al mundo católico:se entra una hora más tarde para que la gente pueda acudir a tomar la ceniza, cosa, obviamente que casi nadie hace.
En fin. Hemos cambiado mucho. Pero estas mismas cosas que a nosotros nos extrañan por caducas, resultan que se mantienen como elementos sustanciales de otras culturas religiosas como es el caso del ramadán musulmán. La verdad es que hemos cambiado mucho. Y para bien.

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