lunes, diciembre 04, 2006

Lección matutina

El XL Semanal que acompaña a la Voz de Galicia trae hoy lunes una hermosa carta al director a la que han premiado como "la carta de la semana". Se lo merece. Se titulaba "Tiempo de agobios". Osea, que hablaba de mí. Decía:
Los tiempos que corren son para muchos tiempos de agobios. No sólo se agobian quienes ostentan altas responsabilidades en los destinos de los países o en la compleja gestión de las fusiones empresariales, sino que se agobia el tendero de la esquina, el chófer del autobús o la madre que acompaña a sus hijos al colegio. Si se observa con detenimiento, se descubre fácilmente que quienes se lamentan de estar agobiados es, de ordinario, porque tienen su atención desparramada en varias actividades simultáneas, en lugar de concentrarse en una sola. Si nuestra atención se dispersa en diversas tareas, incluso aunque sean placenteras o atractivas, los resultados son muchísimo más pobres que si atendemos una actividad detrás de otra tratando de poner en ella toda nuestra atención. Los seres humanos no somos máquinas multitarea, sino que alcanzamos nuestra plenitud cuando atendemos a una sola persona o una sola actividad que ocupa por completo nuestro horizonte vital en ese determinado momento. Muchos de nuestros conciudadanos viven agobiados y no saben por qué. Creen que es por el exceso de obligaciones o por los atascos, pero la causa de su estrés no está en el exterior, sino en el interior: están agobiados porque les falta tiempo por dentro para vivir el presente y así poder disfrutarlo, haciendo una cosa detrás de otra, con paz y una sonrisa.

No creo en esas cosas, pero de hacerlo pensaría que alguien había preparado ese texto para que yo me encontrara con él en el desayuno. Pero así ha sido. Ya tengo en qué pensar para todo el día.

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