Una aventura inesperada este viaje a Argentina. Esta vez no se ha cumplido aquello de que lo que "bien empieza bien acaba". Las cosas empezaron bien. Los vuelos todos en hora. Los encargados de recogerte en los aeropuertos (aqui les llaman remis) casi en hora (cuando llegue a Buenos Aires no habia nadie con mi nombre y empezo la angustia, pero enseguida me vi en una columna de papeletas). En fin, todo segun lo esperado (salvo que tampoco esta vez Iberia tuvo la amabilidad de pasarme a Bussiness; esto se esta convirtiendo en habitual asi que me voy a tener que replantear eso de la fidelidad a toda costa a la compania). Pues eso, llegue a Santa Fe y alli estaba mi tocayo Miguel esperandome para llevarme al Hotel. Y despues por alli vinieron Anabel y Francisca para atenderme con toda la amabilidad de que siempre son portadoras las gentes de por aqui.
El taller sobre docencia universitaria se mantuvo dentro de un orden. Esta vez varie el formato y estuvo bien, porque me hubiera ido con la idea de que todo habia sido un exito y que los habia dejado flipados, y de eso nada. En el fondo mantenian, al menos algunos, muchas reticencias sobre lo que les dije. Y eso me llevo a discutir con los criticos. En fin, ya hablare de eso en otra entrada.
El Congreso tambien bien. La conferencia que llevaba preparada tuve que variarla porque habia entendido mal quien era el publico. Bueno, quedo bien y recibi muchas felicitaciones.
Asi que no tendria de que quejarme. Comi Surubi que es un pescado de rio que ya habia probado en Manaos. Rico, aunque no comparable con los nuestros de Galicia. Tambien saboree buenas carnes, entre ellas el mitico bife de chorizo. Bien, pero sin exagerar. Prefiero la carne de Porto Alegre, quizas porque te la van sirviendo a los pocos y la difrutas mas. Y tome buen vino argentino, aunque sin el sibaritismo que me habia aconsejado Felipe. Bebedeiro.
El drama fue (esta siendo: escribo esto en la sala VIP del aeropuerto de Ecieza, como se puede ver con un ordenador sin acentos, no entiendo por que lo hacen) el regreso. El drama es siempre la Argentina, me decian dos colegas que venian conmigo desde Santa Fe hasta Buenos Aires, por carretera porque los fines de semana no hay aviones. El campo argentino esta levantado en armas contra el Gobierno. Y la pagan haciendo cortes de trafico. El Viernes parecia que la cosa iba amainando pero el sabado a primera hora hubo un corte en el que intervino la policia y arresto a uno de los cabecillas. Asi que se echaron a la calle todos los agricultores con miles de cortes. Imposible viajar. Pero nosotros teniamos que llegar a Buenos Aires para tomar el avion el domingo. Lo dicho, una aventura.
Al poco de salir ya nos encontramos el primer piquete. No se podia pasar. Ninguna excusa era v'alida. Echamos para atras ytratamos de sortearlos entrando por carreteras de monte. Milagrosamente lo logramos. Pero fue una alegria corta porque al poco habia otro piquete, otro corte y cientos de vehiculos retenidos. Vuelta para atras hasta encontrar algun paisano generoso que nos diera ideas para sobrepasarlos por trochas inenarrables. Nos llevo dios y ayuda, tuvimos que ir hacia delante y hacia atrasy llegar, a veces, a lugares por los que no se podia seguir, pero lo conseguimos de nuevo. Pero no servia de nada al poco aparecia otro piquete y otro corte. Un tipo nos disjo que hacia cuatro dias que habia salido de Buenos Aires cara a Santa Fe y alli estaba sin poder avanzar al otro lado del piquete. Nuevo asesoramiento con un paisano y alla nos lanzamos por un camino de tierra imposible. No eramos los unicos. Y de pronto otro corte: un jergon, unas ramas, y dos hierros. Y unos jovenes al lado. Esto es coima, dijo enseguida el chofer. Y efectivamente: te doy 10 pesos si me abres, ledijo a uno de ellos. Dicho y hecho. Santo Cielo, pense, tipos espabilados como estos pueden poner trabas cada 100 metros y hacer imposible cualquier avance. Pero fue el unico. La angustia era que en una de esas te parara un piquete y para cuando quisieras volver para atras hubiera otro piquete que te impidiera regresar. Quedariamos asi en medio de ninguna parte. Y Buenos Aires a 300 Kms. Varias veces estuvimos a punto de renunciar. Ademas anunciaban piquetes enormes en puntos estrate gicos por los que necesariamente deberiamos pasar. Pero seguimos. Se iba echando la noche y hacia un viento frio del carajo. Y afortunadamente lo piquetes se fueron retirando de las vias principales. Parecia un milagro. Pero asi y todo tardamos casi 10 horas para hacer esos 400 kms. Y eso que el chofer, en cuanto cogia un trozo de autopista se ponia a 150 Kms. por hora (otra angustia anadida). En fin, llegamos. Pero el hotel al que teniamos que ir no nos podia recibir (los clientes que deberian dejar libres nuestras habitaciones no habian podido salir por culpa de los piquetes y se habian quedado en el hotel). Asi que nos transfirieron a otro hotel, o lo que fuera. No estaba lejos pero era malo con categoria. Con animos tan decaidos como los que nos quedaban, ninguna posibilidad de protestar. Asi que cai en la cama como un bulto. Me desperto un mensaje al movil a las 7 de la manana. Era de Iberia: habian cambiado el horario del avion, que les llamara. Eso hice y me informaron que lo habian retrasado tres horaspor llegada tardia del avion, que perdia mi conexion en Madrid y que me la cambiaban por otra posterior. Algo asi tenia que pasar, pense. Y veras como tampoco esta vez me pasan a bussiness. Esta cantado.
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