martes, diciembre 07, 2010

¿De trabajo o de vacaciones?

La pregunta típica. Aquí menos, claro. Pero, claro, a quién le dices, sin sonrojarte que estás en Cancún por motivo de trabajo. Yo debía decir eso, pero la verdad no me atrevo.
La vida en el hotel es tranquila. Y larga. Hay que ver qué largos se hacen los días cuando no haces nada. Nada urgente, me refiero. Tras la maratón de furgoneta de ayer, hoy toca descansar, por supuesto. Pero, así y todo, te despiertas pronto (antes que en España) y te vas a desayunar con tranquilidad y luego… Algunos a la piscina y este menda al lobby con su ordenador, aunque sirve de poco pues aunque te lo prometen, no funciona Internet. Total, que estamos desconectados y sin posibilidades de responder a las cuestiones que se hayan ido planteando estos días. Por la tarde me acercaré a un ciber a ver si desde allí consigo ponerme al día.
Y menos mal. Acabo de ver a un grupo de españoles cariacontecidos, presionando a uno de los operadores que representan aquí a las compañías y que se ubican cada mañana en el lobby. Resulta que debían haber regresado a España el sábado pasado (estamos a lunes) pero como los cabrones de los controladores cerraron el espacio aéreo, los dejaron aquí. Y aquí siguen sin saber cuándo podrán regresar. Bueno, les he dicho, mejor aquí que en otra parte, no? Pero no les ha hecho gracia. Supongo que cada uno tenía sus planes y esta alteración se los ha roto. Se les ve jodidos, aunque ahora han venido otros que han dado un grito de alegría cuando les han dicho que aún no regresan. De todo hay en la viña del señor.
De todas formas hace un día estupendo, así que voy a mandar al carajo el ordenador y la evaluación de competencias y me marcho a buscar a mi propia para ver si tomamos la terrible decisión si piscina o playa. Creo que será playa.
Esta tarde llegan los colegas mexicanos que han organizado el curso. Calculo que cuando lleguen las cosas cambiarán un poco. Espero que para mejor, aunque tampoco será fácil mejorar este relajo.

No hay comentarios: