domingo, septiembre 09, 2007

John Wayne



Mi paso por Durango ha sido de relámpago, pero no tanto como para dejar de visitar los míticos lugares de nuestras películas del Oeste. ¿Quién no ha oído decir a algún vaquero que marchaba a Méjico, a Durango. También Iban a Tijuana y a Chigüagüa, pero la ciudad mítica era Durango.
El lugar está cerquita de la ciudad que le da el nombre y la verdad cuando se entra en aquel espacio uno tiene la sensación de que en cualquier momento va a ver salir a alguien lanzado a la calle desde el Saloon o que si miras fijo puedes admirar una corista asomada a la ventana-balcón del Hotel. Por supuesto no falta la Iglesia, ni la escuela. Ni la horca, por supuesto. La zona auténtica donde se hacían las películas está muy deteriorada (una pena, de veras) pero han creado al lado un nuevo espacio, una especie de parque temático recreando el original y donde, según nos contaron, se celebran espectáculos los fines de semana con asaltos al banco, duelos al atardecer, bailes en el saloon y las acciones típicas de las pelis del oeste. Hasta hay un cementerio simulado con las placas de los más famosos actores que hicieron películas allí(más de 100 películas se hicieron, por lo visto).
Cuentan los entendidos que Hollywood escogió Durango por el color del cielo en aquellos parajes. Y la verdad es que hay una claridad impresionante. También debió ser el paisaje, toda una serie de montañas con sus contraluces, sus rocas con figuras diversas, etc. Muy interesante, la verdad.

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