jueves, septiembre 01, 2022

SÍNDROME POSTVACACIONAL

 

 


Me da vergüenza decirlo, pero estoy en pleno síndrome postvacacional. Y lo más chocante del caso es que ni siquiera sé si eso que he tenido durante el mes de Agosto han sido unas vacaciones. Hemos salido de casa, pero para ir a la que es nuestra segunda vivienda (o sea, lo de muchos fines de semana); he paseado bastante (como siempre, más o menos); me he bañado con una frecuencia regular (eso sí ha sido diferente) y he asistido a bastantes espectáculos (con cena previa fuera de casa) al anochecer. Han variado algunas rutinas, pero se han mantenido otras, como estar al ordenador todas las mañanas trabajando en unas cosas u otras; comida y siesta en casa a medio día; película o serie nocturna cuando no salíamos. Vida tranquila y normalizada. No sé si tanta normalidad justifica un síndrome postvacacional. Si hubiéramos ido de safari o de camping recorriendo Europa, o en fiestas en Tafalla o, incluso, dando un curso en Brasil o Perú, aún lo entendería… pero un agosto en Coruña, ¿da para tanto? Ya estoy oyendo a alguno de mis hermanos murmurando…¡qué coño de síndrome, tú lo que tienes es flojera…y años!

No sé lo que es, pero estoy hecho una mierda, sin ganas de nada, como disperso y adormilado. Me ha hecho gracia que he entrado en internet para documentarme sobre la historia esta del síndrome y veo que lo primero que aparece es un anuncio de BEDs, una empresa de colchones. O sea que debe ser verdad eso del sueño permanente. Y dolor de cabeza y de músculos. Como si fuera una gripe o una nueva ola del covid.

Porque lo que cuentan los expertos es que esta coña del síndrome postvacacional es consecuencia de la necesidad de adaptarse el organismo a las rutinas habituales tras un periodo prolongado de inactividad. Y a eso iba, yo ni he tenido inactividad, ni lo que empieza hoy tiene rutinas diferentes a las de Agosto: seguirán las mañanas de ordenador, los paseos de cardiópata, la comida con siesta, y la tarde de cosas variadas. No me merezco un síndrome. Y es lo que me mosquea. A ver si va a ser otra cosa…

Lo peor es que dicen que la cosa puede durar hasta tres semanas. ¡Están de coña, tres semanas así…! Nada de eso, hay que meterse un chute de algo que te espabile. Y que no sea la Jalea Real o la Maca (ni ida de qué es) que recomiendan. Podía ser un chute de cine, o un viajecito reparador, o una caminata sin cuestas, pero me temo que con eso aún se complicaría más la cosa esa del síndrome.

En fin, no sé. De momento voy aprobar con un paracetamol que vale para todo. Después, vamos a ir a cenar con los Cortizo y a ver cómo evoluciona la cosa. Malo será!

No hay comentarios: