jueves, abril 22, 2021

AL FIN, LA VACUNA

 

 

Pocas veces hemos esperado con tanta ansiedad un mensaje. Unos porque no lo quieren recibir (hay mucho miedoso: la persona que nos ayuda en casa, Merche, hasta nos hizo una especie de despedida preventiva, “si me pasa algo cuando me vacunen que sepan que me ha gustado mucho trabajar en esta casa, que me he sentido muy bien durante todos estos años”) y otros porque suspiramos por vacunarnos. Está claro que yo era de los segundos. Iba sabiendo que todos los amigos recibían su mensaje y se ponían la vacuna mientras se retrasaba mi cita. Y así una semana y otra. Hasta fui a ver si es que tenían mal mis datos, pero qué va, estaban perfectos.  De hecho, ya me habían citado muchas veces para revisiones y pruebas que he tenido que hacer en el hospital.

Pero, al final, llegó. Mensaje escueto: A persoa identificada co CIP 490*******1018 tiene cita para vacunación SARS-COV-2 a las 12:04 del 21/04/2021. Y seguía dando la información de dónde y cómo habría de identificarme.  Todo muy neutro y claro. Pero ése era el gran mensaje que había estado esperando.

Aún faltaban 7 días para la fecha, pero ya me quedé tranquilo. Finalmente estaba en la lista. Luego te pones a pensar qué vacuna te pondrán. Mis amigos me contaban que a ellos les habían puesto la de Moderna y esperaba que también fuera ésa la que me tocara a mí.

 


Pasaron los días y llegó el 21. Como habían avisado que no nos adelantáramos mucho para evitar el caos en la Ciudad de la Cultura, yo fui obediente y llegué solo 20 minutos antes. Me temía una avalancha de coches en el parking y, efectivamente, había muchos coches, pero no tuve muchos problemas para aparcar. Y había mucha fila, aunque estaba todo bastante bien organizado con finas para cada media hora de las citas. La mía era la siguiente y habría unas 50 personas en la cola. Me puse allí y todo fue corriendo bastante bien. Un primer control para saber si llevabas o no el QR que te identificaba. A los que no lo llevaban los desviaban a una oficina donde se lo imprimían. Yo lo llevaba y seguí adelante. La fila corría mucho porque había unas 20 mesas de vacunación. Así que fue visto y no visto. En pocos minutos estaba yo en la cabecera de la fila. Enseguida llegó la chica que nos iba colocando en la mesa, a mí me dejó en una en la que no había enfermera. Y allí tuve que esperar a que llegara. Me mosqueó porque yo veía que colocaban a otras personas en otras mesas y las vacunaban y se iban y llegaban otras… y yo allí estancado. Pero luego llegó la enfermera con una caja con jeringuillas, supongo que se le habían acabado y había ido a recoger otras llenas.  

Y a partir de ahí, la operación duró nada. Me preguntó si estaba bien, si había tenido fiebre o malestar en los últimos días. Le dije que no. Me informó que estaban poniendo la vacuna Pfizer y que tomara un paracetamol si me sentía mal. Que esperara 15 minutos fuera antes de irme y que en 21 días me volverían a llamar para la segunda dosis. Ni me enteré que ya me había puesto la vacuna. Es tan fina la aguja de la jeringuilla y tan corta la dosis que ni te enteras.

Y ya está. Sigues las flechas de salida y sales a una sala enorme al aire libre donde hay muchas sillas. Ni siquiera sentí necesidad de sentarme porque estaba perfectamente, pero bueno, quedé allí un ratito con Elvira y nos fuimos a ver una exposición sobre los faraones que estaba en el edificio de al lado. Allí echamos el resto de la mañana. La comida en casa y todo fue normal, la siesta placentera y por la tarde, fútbol intensivo y emociones: ganó el Osasuna y ganó el Madrid (¿qué más se puede pedir?). Bueno, también estuvo el debate de las elecciones de Madrid para fastidiar un poco la felicidad futbolera.

Al día siguiente fue un poco peor. Dormí mal esa noche (no sé si por el debate, por el fútbol o por la vacuna). El brazo me dolía bastante y yo me sentía raro, sin dolores por el cuerpo, pero con ese malestar indefinido que te hace sentirte raro. Como una gripe. Así que di por hecho que la vacuna me estaba haciendo efecto. Por la tarde video-reunión con la República Dominicana y cine. Un paracetamol fue suficiente para que todo volviera a ser normal.

Pues nada, “un traballiño feito”. Y ahora a esperar la 2ª dosis.

 

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