lunes, marzo 14, 2022

BELFAST

 

Me ha parecido una película fascinante, de esas que te mantienen en vilo desde el inicio, con una capacidad extraordinaria para tenerte en ponerte en situación y hacerte transitar constantemente entre el temor y la sonrisa. El propio inicio del film, en esa traca de violencia desbordada, te sumerge en una especie de desazón anímica que no te abandona a lo largo de toda la historia. Por supuesto, un impacto que se recrudece por todo lo que estamos sintiendo en estos días en relación a Ucrania, a la angustia que pueda estar sintiendo la gente de allí, a esa ambivalencia con respecto a si marchar o quedarse, al tener que enfrentarte a eso de o eres de los nuestros o eres nuestro enemigo…

Belfast es un film inglés del 2021 dirigido por Kenneth Branagh, quien también es el autor del guión. Él mismo es nacido en Belfast en 1960, es decir, en plena época del conflicto en aquella ciudad: los conflictos entre católicos y protestantes explotaron cuando él tenía 9 años. Así que, aunque lo hace con la serenidad que otorga el tiempo pasado y con las licencias que permite el arte, Branagh nos retrotrae a su infancia en un barrio convulso de Belfast.

 La película está protagonizada por Jude Hill (que hace un papel infantil realmente espectacular), Caitriona Balfe (la madre) y Jamie Dman (el padre). Pero con papeles extraordinarios de otros actores como Ciarán Hinds (el abuelo) y Judi Dench (la abuela). Nos cuenta la historia de un barrio de Belfast, su ciudad, en pleno conflicto entre católicos y protestantes, esa guerra civil en la que se mezclan tantas cosas, se rompe tanta existencia común que se hace inexplicable para aquellos mismos que la provocan y sufren. La película no entra mucho en las causas del conflicto, simplemente nos pone allí en la mitad del cirio y nos golpea con el sinsentido de toda guerra entre hermanos.

De que la historia está bien contada y del valor de la película nos hablan los numerosos premios y nominaciones (7 para los oscars 2022) que ha ido recibiendo en solo unos meses de exhibición.

La historia es emocionante y hermosa. El hecho de que esté filmada en blanco y negro hace más tranquilo y nítido el mensaje, te concentra más en la historia y los personajes que en la forma y colores en que se traduce. La fotografía, con muchos primeros planos (al final lo que se cuenta tiene que ver con lo que pasa fuera de los sujetos, pero también mucho con lo que se siente y se vive en su interior) y mucho detalle de los rostros te lleva a empatizar con los actores. La música es fantástica, con algunas canciones que te ponen los pelos de punta y las lágrimas en los ojos. La canción Everlasting love que canta el padre en el funeral y el baile de la madre es una antología. Hablando de Irlanda, ¡qué menos!

 Me fascinó la figura del abuelo, siempre tan tranquilo, tan juicioso, tan lleno de experiencia y de simpatía pese al caos del entorno. Y está fantástico el pequeño Jude Hill, que está llamado a ser un actorazo.  Si ya de niño es capaz de lograr todos esos matices en su actuación, pasar del miedo a la ilusión y el desconcierto, de las tareas escolares a las bandas callejeras y al enamoramiento, se puede esperar de él cualquier cosa dentro de pocos años.

En fin, pese a que las críticas se han cebado con Branagh (especialmente porque, dicen, no cuenta a su gusto, al de los críticos, la historia de aquel conflicto), para mí ha sido una experiencia estupenda. He disfrutado en ese juego de temores, incertidumbres y alegrías que ha reconstruido en esa historia local de una familia que pudo ser la suya.

Buen cine en una tarde horrible de frío y lluvia. Salimos del cine recordando algunas escenas y disfrutando del retrogusto que te dejan. Luego perdió ostentosamente el Osasuna en Barcelona y volví a la tarde horrible de frío, lluvia y desconsuelo.

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