miércoles, noviembre 12, 2008

Aprender a tiempo

Una amiga me acaba de mandar este precioso texto de Borges, del Borges mayor y sabio que es capaz de volver su mirada atrás y poner letra a la canción de su vida. Pero todos somos Borges (bueno, al menos quienes vamos avanzando en este peregrinaje de los años) y seguro que, quien más quien menos, podríamos decir algo parecido a lo que él tan hermosamente cuenta.
Pero no sé si es verdad que vamos aprendiendo. Vamos acumulando experiencia, eso sí, pero no estoy seguro de que esa experiencia acabe convertida en aprendizaje y transformando nuestro pensamiento y nuestra conducta. No estaría mal.




Lo bonito del texto es que no son simples juegos de palabras. Hay personas que son artistas de la palabra. Da gusto escucharlos, te van meciendo en el arrullo y el ritmo de un lenguaje eufónico y cadencioso. Borges es, sin duda, una de esas personas. Pero este texto tiene mucha miga. O a mí me lo parece. Y me trae resonancias a trozos de mi propia existencia. Es como si estuviera hablando de ti, como si te estuviera dictando un examen de conciencia.


"No es lo mismo sostener una mano y encadenar un alma". ¡Qué verdad es y qué dificil nos resulta entenderlo! Tantos comportamientos estratégicos, tanto gesto que parece de amistad y es de inversión. Confundir el cariño y la posesión. No sé si es que la universidad tiene algo de perverso en las relaciones que genera, pero cuántas veces me he visto metido en berengenales de este tipo. Como encadenado y como encadenador. Y eso duele.


"Uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos ". ¿Se aprende eso? El otro día comentaba un conferenciante que un amigo suyo había puesto sobre la cabecera de su cama de matrimonio un cartel que decía "defrauda pronto". Supongo que lo hacía para curarse en salud, para ahuyentar el agobio de tener que salir siempre victorioso. No es fácil aceptar las derrotas. Uno se puede resignar a ellas. No te queda más remedio. Pero, efectivamente, lo interesante es llegar a ese estado en que las aceptas con la cabeza alta. Ojalá supiera como hacerlo, mi tensión me lo agradecería mucho.


"Solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas". Quizás el "defrauda pronto" del amigo de antes tenía que ver con esa condición de los afectos. Pero no es fácil. Menos aún, cuando uno es bastante narcisista. Sientes que si te conocen a fondo es más difícil que te aprecien, imposible que te admiren y hasta dudoso que te acepten. En algunos momentos eso es como una pesadilla porque afecta a todos los órdenes de la vida. Y si andas rondando una medio depresión, ni te cuento. Y ahí empiezan las milongas y los disimulos. Finges, ocultas, te agobias...


"Las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste durante toda la vida...Si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual". También se aprende esto, es verdad. Lo aprendes en tu propia carne porque hay palabras que te han dicho que resulta difícil olvidar y heridas que tardan lo indecible en cicatrizar y siempre dejan rastro. Y como tú lo sientes, no es difícil comprender que a los demás les debe pasar lo mismo con lo que tú dices o haces. Es lo terrible de las conversaciones y las palabras, que a veces son caricias y otras puñales. Muchas veces he querido escribir sobre esto en el blog, pero no es fácil. Y sin embargo, es tan real esto que dice Borges.


"Intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido". Yo creo que sí tiene sentido, pero lo que no tiene es justificación. La presencia, la vida no da oportunidades para decirle todo lo que desearías decir. Por eso se te agolpan las palabras cuando ya no está, cuando la has perdido. Y te sientes fatal. Y quisieras recuperar el tiempo y las oportunidades perdidas. Pero ya no vale. Tiene sentido, pero ya no vale. Y te quedan tantas cosas que decir a tanta gente... Duro mensaje para mí en esta semana de aniversario.




En fin, un hermoso texto. Borges utiliza las palabras como escalpelos que te van abriendo brechas en tus recuerdos y en tus remordimientos. Son ideas a las que enseguida pones caras. Esto me pasó con él, en aquello fallé con ella, esto me gustaría con aquel otro. ¡Demonio de Borges!.








...este es el texto...


APRENDIENDO........
Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo.......... Jorge Luis Borges.

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