miércoles, junio 15, 2011

El asesor de la Fao




Me contaron una vez un chiste de un asesor de la FAO. Pues resulta que el tipo, el asesor, estaba en uno de sus viajes de trabajo a una zona rural africana. Viajaba en un todo terreno que, desgraciadamente, se le averió cuando ya caía la tarde. Con tan mala suerte que se encontraba en la mitad de ninguna parte. A duras penas pudo llegar andando a una mini aldea de 4 casas. Llamó a la puerta y le salió a abrir una mujer. Le contó lo que le había pasado (se había averiado su coche, no tenía donde pasar la noche y preguntaba por algún hotel o pensión en la aldea). La señora le sonrió diciendo que allí no había de eso. Luego se quedó pensativa y le dijo que si quería podía dormir en su casa pero que le daba apuro porque su marido no estaba y eso podía generar habladurías en el pueblo. De todas formas lo invitó a pasar y le ofreció hospedaje. Y eso que las complicaciones siguieron, pues resultó que la casa no era grande y tuvieron que dormir ambos en la misma habitación, la única de la casa. De todas formas no pasó nada. A la mañana siguiente el huesped se levantó, se lavó y mientras recogía sus cosas, amanecido ya el día, vió por la ventana que la señora tenía un corral con gallinas en la parte de atrás de la casa. Observó el ajetreo de los animales como experto que era y luego se bajó a desayunar.
Cuando ya se despedía le dijo a la señora. Oiga, señora, no sabe lo agradecido que le estoy por haberme alojado en su casa. Me ha hecho un favor inmenso y quisiera agradecérselo dándole un consejo como asesor de la FAO y experto en cosas de agricultura. Mire, desde la ventana de la habitación he podido ver que usted tiene gallinas. Y he visto que tiene dos gallos en el corral. Eso no suele ser bueno. Dos gallos generan muchas peleas y causan estrés en las gallinas, lo que hace que pongan menos huevos. Debería quedarse con un gallo nada más. Muchas gracias, le dijo la señora anfitriona. Pero no se preocupe usted. En mi corral, gallos, gallos solo hay uno. El otro es ... pues como un "asesor de la FAO".

Algo así me está pasando a mí estos días en Chile. Me siento asesor de la FAO. Esa sensación que uno tiene de que viene en plan de experto a participar en la solución de problemas es pura fantasía. Quizás fue así al principio, ahora cada uno está a su rollo y las aportaciones que pudieras hacerles apenas importan a nadie. 4 personas he tenido en la primera y 8 en la segunda actividad. Mañana empieza la tercera y me temo lo peor.
Nada, ni a gallo gallo llego llega uno ya.

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