sábado, mayo 16, 2009

Sixty years old



“Bueno y qué tal, ¿cómo lo llevas?” Es el sambenito esperable de estos días postaniversario. Uno debería tener ya una respuesta estándar para salir del paso, pero hasta eso se te hace duro. Dudas entre la postura pasota de quien quiere hacerse el distraído y no darse por enterado (“Pues exactamente igual que ayer…”) o pasar directamente al terreno de los idiotas (“…y, si me apuras, hasta te diría que mejor”). De todas formas no sé si es peor la pregunta o los comentarios posteriores con analogías del beneficio del tiempo sobre los buenos vinos, el queso y esas otras pocas referencias gastronómicas o culturales que mejoran, o eso dicen, con el paso del tiempo.
Pero asusta. Y no tanto por el año que te cae encima. Al final, la diosa de la edad es bastante compasiva con los humanos y nos va dando años de uno en uno para no sobrecargarnos en exceso. Así uno va teniendo tiempo para irse acostumbrando y ganando músculo para soportar los siguientes. Lo fastidioso es que cada vez vienen más rápidos. Casi no tienes tiempo para acomodar el anterior ya está aquí el siguiente para que le hagas hueco. Eso no pasaba antes. Esto es como el encierro, que vas todo el tiempo con los cuernos en el culo. Te parece que ya te has librado de un toro que a punto ha estado de pegarte la cornada y a nada que vuelves la vista a atrás ya tienes a otro a punto de embestir. Corren mucho estos jodidos años, cuanto más viejos van siendo más velocidad traen. Debe ser por la inercia. Y por la mala leche, supongo.
En todo caso aquí estamos. Los de la botella medio llena te dicen que afortunado de ti que has llegado. Pero si eso es ser optimista que venga dios y lo vea. Los de la botella medio vacía son más pragmáticos y te hablan de las nuevas modalidades de jubilación que ofrece la universidad del interés de hacerse un buen seguro de vida. En ambos casos, las conversaciones son bastante poco interesantes.
Yo voy a intentar buscarle perspectivas algo más atractivas. En primer lugar, aplicaré uno de mis deseos (supongo que tengo hasta sesenta deseos para todo este año, como los funcionarios tienen sus moscosos) a que gane el Osasuna hoy contra el Sevilla porque si no va jodido. Espero que los idus de Mayo nos ayuden en eso. Y en segundo lugar, voy a ir escapado a aprovecharme de los privilegios que me otorga esta nueva etapa de mi vida: ya estoy marchando a sacarme la tarjeta dorada para conseguir los descuentos del AVE, los museos y los cines.
"Mala cosa eso de las tartas que has incluido, me recuerda el blog con cara de malicia, recuerda que tienes que cuidar el colesterol". Ya están los gafes, me he dicho para mí. Esto de los sesenta se me va a hacer más cuesta ariba de lo que esperaba.

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