lunes, abril 15, 2024

MAR SE MERECE UN RECUERDO Y UN BESO

 

Se merece muchos, en realidad. Recuerdos y besos. Y hoy que cumple 10 años tienen que ser grandes. Así que empecemos por lo importante, que es felicitarte, pichurrita, y desearte de todo corazón que pases un gran día, aunque estés un poco cansada después del trajín de este fin de semana celebrando en Santiago las bodas de oro de los abuelos.

¡10 años! El diez es una cifra muy bonita. Redonda. Fácil de escribir y de recordar. Cumplir 10 años significa que uno (una en tu caso) ya ha vivido 10 años enteros de vida. Algunas personas se confunden. Creen que cuando cumples años, tú comienzas a vivir ese año que cumples (por ejemplo, tú podrías pensar que ahora comienza tu décimo año), pero no es así. Cumplir años significa que tú ya has vivido ese año que cumples, que lo cierras para pasar al siguiente. Así que tú, Mar ya has vivido diez años y ahora comienza tu undécimo año. Un poco rollo, ya lo sé. Lo importante es que estás de cumple y lo tienes que pasar muy bien.

Como ya voy mayor y no es fácil acordarse de todo, mi cerebro va recordando algunas cosas y olvidando otras, para hacer hueco. Y lo que recuerdo mucho de ti es un cumple que celebramos en Molins haciendo picnic en un monte donde había unas ruinas de un castillo. Estaban, también tus papás, claro, los yayos y tus tíos con el primo. No recuerdo cuántos años cumplías aquella vez, pero me encantó comprobar que eras una niña con mucha vitalidad y fuerza. Muy deportista y muy líder.  Subías y bajabas cuestas y escaleras con una facilidad pasmosa. Estabas en todas partes a la vez. Y siempre alegre. Esta niña va a ser deportista, pensé para mí. Lo pasé muy bien.

Y luego has seguido creciendo y acumulando años y agilidad hasta llegar a esta edad preciosa de los 10 años, una chica preadolescente. Yo te veo siempre muy segura, sabiendo bien lo que quieres y lo que no quieres. Eso nos confunde, a veces, a los mayores que estamos acostumbrados a que los niños y niñas hagan siempre lo que nos parece bueno a nosotros, pero está muy bien así. Suelen decir que los hijos o hijas intermedios (no son ni la mayor ni la menor) tienen que pelear más para crear su propio espacio y que no se lo coman ni por arriba, ni por abajo. Ese es tu caso y creo que defiendes tu terreno muy bien.

También lo has defendido muy bien protestándome este fin de semana porque no figuraba nada tuyo en el libro de recuerdos que he regalado a quienes asistían a nuestras bodas de oro. Tienes toda la razón y no sé cómo pedirte perdón. Y no es que yo no tenga muy buenos recuerdos tuyos, ¡claro que los tengo!, lo que no sé explicarme es cómo no has aparecido muchas veces en las entradas al blog. Seguramente, porque en este libro no he incluido cosas sobre los viajes  y es ahí donde he ido contando las maravillas de los castells y de su preciosa enxaneta, llamada Mar. Ya no tiene remedio en lo que refiere al libro, pero no será así en el futuro. Voy a estar muy pendiente de ir contando cosas de ti, si tú me lo permites, claro.

Un beso muy grande. Muchas felicidades y que este undécimo año que comienza hoy lo pases muy bien y tengas mucho éxito en las cosas que hagas.

 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias abuelo , me ha gustado mucho el escrito