viernes, enero 21, 2022

EL CONTADOR DE CARTAS

 

Lo bueno de las ciudades pequeñas es que lo tienes todo a mano. Decides de repente que ante la perspectiva de una tarde chunga te vas al cine. Y sin más preparativos entras en internet, consigues tu entrada (4€ porque soy socio) y en 10 minutos estás delante de la puerta, esperando a que abran la sala. A decir verdad, me decidí sin pensarlo por aprovechar que era justamente esta película la que pasaban a esta hora de la tarde. Como las cambian de horario para que puedas ver en tu horario las 4 películas que estrenan cada semana, hasta hoy no me había coincido que la que yo quería se iniciara a media tarde. Guay!

Ya me habían dicho que El contador de cartas merecía la pena y, la verdad, me ha parecido un peliculón: honesto, contenido, perturbador, tenso y relajado a la vez. Y con una historia a dos niveles realmente buena y muy bien contada. De hecho, ha recibido varios premios al guión.

Film del 2021 dirigido por Paul Schrader, director veterano (sus comienzos como director se sitúan en los años 70) y con una amplísima producción en todos estos años. Llevaba desde el 2017 sin dirigir y los críticos celebran que se haya reincorporado al mundo del cine y con un producto tan bueno. 

El protagonista es Oscar Isaac que encarna a un exmarine al que le tocó vivir situaciones extremas en el ejército, no precisamente como soldado sino como miembro de la inteligencia (cuesta llamarlo así) militar, primero, y como preso posteriormente. Milagrosamente, esas experiencias transformaron su psicología y le convirtieron en una persona contenida y sensible. Quizás sea ese rasgo, la contención sana, la que marca el ritmo del personaje y de la película en su conjunto. También la música y el ritmo juegan un papel importante generando inquietud en los momentos dramáticos y sosiego en las fases más planas de la historia.

 Excelente la fotografía para situarnos en ese mundo cruel y deshumanizado de las cárceles militares y los interrogatorios y, a la vez, bella y glamurosa cuando nos lleva a los casinos y hoteles de lujo.

Una buena película, en suma. Muy eficaz en su intención de generar sentimientos encontrados: el shock profundo y el desgarro ante la violencia y la tranquilidad y sosiego que transmite el protagonista resiliente que ha logrado superar una biografía llena de obstáculos y ha construido una nueva vida basada en la mesura, el autocontrol y la empatía. Durante todo el film temes que pase algo, que el protagonista no sea tan maduro y generoso como aparenta, que el juego o el pasado frustren esa bonhomía que lo adorna. Y eso te mantiene en tensión, de forma que ni te enteras que has estado 110 minutos pendiente de la pantalla. Y el final, espectacular…

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