viernes, diciembre 24, 2021

LA HISTORIA DE MI MUJER

 



Estamos en jueves y víspera de noche buena. Mañana va a ser un día movido de compras y cocina. Llevo ya más de una semana sin cine. Fue una decisión de urgencia, de esas que solo se puede tomar en una ciudad pequeña: te refrescas la cara, cambias las zapatillas de casa por los zapatos de salir, coges la gorra y el abrigo y sales deprisa de casa porque solo faltan 15 minutos para que comience la sesión. Naturalmente, tienes que volver a casa desde la acera porque te has olvidado de la mascarilla y sales rápido, pero sin acelerarte (el corazón necesita su tiempo para alcanzar el ritmo adecuado), y en doce minutos estás en la puerta del cine solicitando tu entrada. Como fue todo tan precipitado, hoy no me dio tiempo a sacarla por internet. Obtengo la entrada y por primera vez me sorprenden pidiéndome el certificado COVID. Afortunadamente lo tengo en el móvil y tengo batería suficiente.

Me ha advertido el chico que dura tres horas y eso me ha desconcertado. Se va a alargar mucho, pienso. Mensajito a casa para que no se preocupen. Llego a la sala y solo hay dos personas, conmigo vamos a ser tres. Difícil que aguanten los cines con esta ratio.

La película, “La historia de mi mujer” tiene buena pinta, aunque la crítica (al menos la española) no la pone muy bien. Es una coprodución húngara en la que participan Francia, Italia y Alemania. Se basa en la novela del mismo nombre (A feleségem története) del autor húgaro Milán Füst. La dirige Ildikó Envedi, una cineasta húngara que ha hecho películas interesantes. De esta dicen que es muy académica, de cine muy cuidado y perfeccionista. Y es verdad, se han cuidado muchísimo los detalles, la fotografía, los paisajes, los movimientos de los actores, los encuadres. Está todo perfecto. Y la historia es interesante.

Un capitán de barcos mercantes (Gijs Naber) que se siente solo y le cuesta soportar las largas travesías de tres y cuatro meses a las que le obliga su trabajo. En una conversación con un amigo en una cafetería sale el tema y él le confiesa que se casaría con la primera mujer que entrara por la puerta. El amigo se va, pero él se queda con la música de su propio desafío y acaba entrándole a una mujer joven (Léa Seydoux) recién sentada en una mesa de al lado.

Muy divertida esa situación de un tipo que se te acerca y te pide, sin más, que te cases con él. Y un buen inicio para toda una historia de encuentros y desencuentros. Ella no es una chica fácil ni sumisa y lleva una vida social intensa, incluida una relación especial con un artista. Él parece un hombre fuerte y seguro de sí mismo, pero en lo que se refiere a su relación se muestra inseguro y celoso. Sus largas travesías marina tampoco ayudan mucho a despejar las dudas. Y en ese tira y afloja se trenza una historia cinematográfica de tres horas. Una historia de amor muy interesante y muy bien contada. Si ya son problemáticos los matrimonios presenciales, estas relaciones blended tienen que ser muy complejas.

 Es especialmente curioso el personaje de ella. Él es más simple y trasparente, se le ve sufrir y gozar, sus humores y sensaciones están a flor de piel y son monocromáticos: o estás muy bien, o estás mal. Ella es más compleja, está y no está. Reúne todos los contrarios en una relación. La actriz francesa Léa Seydoux borda el personaje. Parece sencilla y débil, pero va siempre cargada de una atracción simpática y fuerza (su mirada seductora y cómplice; sus labios, la pose desbargada, su permanente sí pero no). Es fácil enamorarse de ella, aunque muy difícil conquistarla del todo. En resumen, todo lo contrario que él: mirada recia, trajes rígidos, postura recta, pasos firmes, conversaciones cortas y firmes. Todo por fuera. Por dentro es un mar de afectos y dudas. Y en ese marco de contradicciones, todo empieza a tambalearse para él: ella, su trabajo, su futuro, su vida.

Tres horas dan para muchas idas y venidas en su recorrido como pareja. Y de todo habrá, como si se tratara de un ensayo sobre las relaciones de pareja. Ese carácter didáctico sirve de línea transversal para dar continuidad y estructura narrativa a la historia. De hecho, la película, una vez presentado el tema, se organiza en torno a 7 apartado, cada uno planteando una cuestión sobre la relación entre ambos (y las relaciones en general).

Se nota que la  directora es una mujer y que se ha preocupado por dibujar un mundo femenino complejo. Sin embargo, leo que Ildikó Envedi señaló que su película es una película sobre el amor y la pasión y sobre el drama que las relaciones de pareja conllevan. Ese puede ser, efectivamente, un buen resumen del film. Pero, perece que ella completó esa idea, con la afirmación de que su objetivo había sido "intentar comprender el comportamiento tóxico de algunos hombres". Es una frase que hace pensar. La interpretación más fácil es entenderla como si se quisiera señalar que la culpa de esa relación tóxica la tienen los hombres. Eso me parece mal e injusto, al menos en la historia que ella cuenta. Y refleja esa tendencia actual y simplista de atribuir a los hombres todos los desequilibrios de las relaciones de pareja

Claro que mi visión masculina tampoco es neutra, pero yo lo que veo en la frase de Envedi es la idea de tratar de explicar por qué algunos hombres acaban descompensados y con comportamientos erráticos en las relaciones de pareja. Lo que ella pretende es “comprender” el por qué algunos hombres acaban comportándose así. Eso me cuadra más con lo que en la película se ve. Lo que yo veo en el film es la historia compleja de una pareja en la que si hay alguna figura débil y sufridora es la del hombre. Es él quien se entrega de pleno a la relación (siempre con la cortapisa de sus ausencias por trabajo), ella no lo hace nunca del todo. Es él quien, efectivamente, se ve sobrepasado por las frustraciones y comienza a hacer movimientos erráticos a causa de los celos, pero también es él quien trastoca su vida para y deja el mar para poder estar más cerca y evitar las ausencias. Ella sigue con su vida fácil y cara;  en ese estar y no estar que destroza a los hombres fuertes e inseguros. En fin, en mi opinión, ambos están jugando por sobrevivir juntos, posiblemente cada uno de ellos lo haga por motivos distintos y con armas diversas. Si hay culpables, ambos son culpables del desajuste.

A mí me gustó. Como suele pasar, probablemente la novela dé pie a mayores matices en los vaivenes de la relación, pero la película es suficiente para identificar el complejo itinerario por los que pasan las relaciones de pareja. Los personajes son atractivos. Claro y lineal, él. Dúctil y variable, ella. Y todo muy bien contado. Buen cine, en definitiva.

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