
Bueno, pues yo entre
mal. Me baje del taxi que me había ido a buscar y me resbalé. La leche fue también
espectacular, como la ciudad. Y aunque no necesité la ayuda de los que
corrieron a auxiliarme (uno me dijo que había oído el golpe y que con el ruido
seco que hice era imposible que no me hubiera roto algo; soy de cabeza dura, le
dije) quedé medio dolorido. Pero bueno,
la cosa no pasó a mayores, salvo esos dolorcitos en la rabadilla y la muñeca
que poco a poco desaparecieron.
Así que, llegada la
hora me dije que era mejor olvidarse de las tareas pendientes y marchar al cine.
De las dos opciones que tenía me pareció más interesante Il Richiamo. Y acerté.
Il Richiamo,
película italo-argentina estrenada el 15 de este mes, o sea, hace casi nada, es
una película distinta pero muy interesante. Está dirigida por Stefano Pasetto e
interpretada en los papeles principales por dos actrices italianas magníficas Francesca
Inaudi e Sandra Ceccarelli. El film toca todos los tabús que se pueden incorporar
a una historia de amor (en este caso entre las dos mujeres): dos mujeres, una
casada y la otra que vive con su novio, se encuentran casualmente y se
desarrolla un romance incierto pero intenso entre ambas. Todo ello aderezado
con unos hermosos paisajes de la Patagonia argentina. La película está muy bien
hecha (de hecho, recibió uno de los premios principales del festival de Toronto).
La moraleja final es que el amor
es siempre difícil. Lo es entre hombres y mujeres pero lo es, igualmente, entre
la pareja de mujeres. Un amor siempre lleno de matices, de momentos de gozo y
otros de desilusión, de expectativas y nostalgias. La Cecarelli es
una azafata casada con un médico alergólogo famoso. Ambos viajan mucho y aunque
parece que todo va bien entre ellos se nota una cierta frialdad (quizás porque
él se dedica demasiado intensamente a su trabajo y sus congresos). La otra,
Francesca Inaudi, es una mujer rompedora en su vida, es toda alegría y desapego
de las cosas que hace. No quiere
vincularse a nadie aunque vive intensamente la relación con su novio, un tipo
que hace piercings y tatuajes, que la ama sinceramente y quiere construir un
futuro con ella. Improvisamente la mujer del médico, tras un embarazo
malogrado, empieza a sentirse mal y deja el trabajo. Aburrida en casa, recupera
su viejo deseo de dar clases de piano y ahí conoce a la Inaudi. Son tan
distintas entre ellas, una muy racional y convencional y la otra absolutamente
rompedora y antisistema que, al principio, todo son problemas. Pero la
convencional descubre que su marida la engaña y la desarraigada que su novio quiere
consolidar la relación y casarse. Un shock para ambas. Y poco a poco los
extremos se van aproximando y ambas se descubren y se aman intensamente.
La vida de ambas
cambia cuando a la joven le confirman un puesto en el equipo de investigación
de la Patagonia para observar animales. Justo en el lugar donde su padre poseía
una barca que había abandonado por algún tipo de problema económico que no se
aclara. Ella anuncia su marcha y la mujer del médico sorprende a su marido
hablando con otro doctor sobre su enfermedad que, según ellos, es cáncer. Eso lo
cambia todo y decide marcharse con la amiga a la Patagonia.
Allí van
consolidando su relación. Pero si el amor heterosexual no les fue fácil,
tampoco lo será el homosexual y su relación en aquellos paisajes idílicos, con
un estilo de vida absolutamente diferente, también va sufriendo los mismos
vaivenes. Es muy interesante esa relación intensa y complicada entre las dos
mujeres. Al final, acaban reproduciéndose muchos de los problemas que ya tenían
en sus relaciones anteriores: el rechazo a la posesión y entrega al otro, los
celos, la dificultad de construir un proyecto común, la incomunicación, las
nostalgias, el juego de confianza y desconfianza en darse completamente al
otro, el ataque y la reconciliación. No es fácil ser fiel a uno mismo y a la
situación que se vive y llegar a esa compenetración que exige la convivencia
amorosa. Ellas no lo consiguen. O quizás sí, porque no se puede llegar más allá
de donde ellas llegaron.
Obviamente, se puede
hacer una lectura feminista de la película. Mujeres cansadas de una relación
desequilibrada con sus parejas masculinas que son capaces de reconstruir un
nuevo espacio de relación sexual entre ellas. Me ha gustado mucho el comentario
que hace una internauta italiana sobre el asunto (a la que, por cierto, le asombra que un film así haya sido dirigido por un hombre):
Il richiamo parla del
femminile, ma non è un film ideologico o femminista. Non sostiene che le donne
siano superiori agli uomini, nonostante questi nel film cerchino di
imbrigliarle in codici e regole per loro superati, o subiscano passivamente la
loro “ribellione”. Esprime però un disagio, un'ansia e un'insoddisfazione
comuni a molte donne di oggi (e parlo per esperienza personale). Il desiderio
di non arrendersi, di uscire dalla depressione magari facendo una pazzia, di
smetterla di farsi soffocare da un marito che ha l'amante e che ti tratta come
una sua paziente, la fuga dalla coscienza di una grave malattia, da una
metropoli affollata in cui la solitudine viene per contrasto amplificata, e la
voglia di tornare ai primordi, al deserto, all'oceano, alla natura. Per
ritrovare il proprio io interiore più solido e antico, ancorato alla terra.
No es esa la
conclusión que yo sacaría, pero me parece acertada. Vista desde la posición masculina,
los hombres de la película no son desconsiderados, al contrario, parecen muy
enamorados de sus mujeres. Dejando aparte la historia de la amante del médico,
una cuestión superficial, éste se desvive por su esposa, le busca solución a su
problema, pelea por ella. Es cierto que la situación hace que se mezclen mucho
las cosas, que él sea médico y ella enferma complica mucho su relación. Su
mujer se convierte en su paciente, el deseo que debería sentir por ella se diluye
en esa preocupación más profesional que le lleva a cuidarla más que a desearla.
Sin duda eso rompe todas las expectativas de relación de pareja para ambos,
pero sobre todo para ella (situación sofocante, dice la comentarista italiana).
De esta manera la huida de ambas es como un salto en el vacío. Pero no es tanto
un problema de los hombres con los que se han relacionado. Es la relación
misma, o aquello en lo que esta relación se ha convertido lo que las agobia.
Ellos son buena gente. Pero, a la vista está, que eso no es suficiente.
Y junto a esta
historia preciosa de amor, la película está llena de detalles: el espejo que
acompaña a la chica joven como un amuleto, la visión de la muerte simbolizada
en la fábrica de despiece de pollos, las llamadas constantes al padre por parte
de la chica joven, los recuerdos de su etapa infantil de la ex esposa. En fin,
mil matices para adornar y dar sentido a ese recorrido por los sentimientos y
las fidelidades.
La historia no sale
bien. O quizás sí. Depende de lo que cada uno espere. En cualquier caso, no es
una película triste. Se disfruta con la historia, con los paisajes infinitos de
la Patagonia, con el carácter alegre y rompedor de la Inaudi. También se sufre.
Como en la vida. Y lo mejor en este tipo de cosas: sales del cine con una
sensación placentera, preguntándote qué harías tú en una situación parecida,
identificándote y desidentificandote con los personajes. Y con unas ganas
enormes de viajar a la Patagonia.
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