
A mí me pasó en Brasil a donde viajé la semana pasada. Un viaje rápido, de jueves a sábado. Tan rápido que aún no había superado con el jet lag de la ida y ya estaba metido en el de la vuelta.El viaje, en cualquier caso, fue estupendo porque los anfitriones fueron magnífico. Es difícil encontrarse con gente así en los tiempos que corren: por su generosidad, por su amabilidad, por el aprecio que te demuestran a cada paso. Ellos son HOPER, una consultoría de temas educativos que asesora y desarrolla iniciativas pedagógicas en instituciones de Educación Superior. En esta ocasión presentaban un proyecto destinado a la mejora del aprendizaje de los estudiantes de carreras de Derecho y de Dirección de Empresas: Hoper Solución de aprendizaje, le denominaron al asunto. Se trata de una especie de tutoría institucional en la que ofrecen a las instituciones asociadas (contaban con trabajar con un entorno de 200.000 estudiantes) un pack de libros de autores relevantes (para eso se asociaron con la editorial Saraiva, una de las más conocidas y potentes de Brasil) cada uno de los cuales serviría de libro de texto para una disciplina. Y junto a ese pack sistemas virtuales de apoyo al aprendizaje, pruebas de autocorrección, programaciones de casos para el profesorado, etc.

Asistieron a la reunión unos 100 responsables de universidades privadas. Supongo que, al final, habría de todo, unos más interesados y otros menos. Por lo que después me dijeron, ellos habían quedado contentos.
Cabría preguntarse qué hacía yo en ese escenario. Yo me lo estuve preguntando a medida que se sucedían las intervenciones (muy interesantes, por lo chocantes para mí). Allí me enteré de experiencias de Educación Superior que yo no conocía: cómo algunas grandes editoriales están comprando universidades; cómo van apareciendo universidades donde los alumnos van rotando por distintas partes del mundo sin una sede propia (Think Global School); cómo hay instituciones cuyos estudiantes tienen el derecho a llevar consigo su ordenador conectado a Internet en todas las actividades, incluidos los exámenes; cómo hay instituciones que van a cobrar unos 8.000 reales al mes (sobre 3.000€) y ya tienen lista de espera. En fin, una serie de cosas que te hacen alucinar porque te sacan absolutamente de nuestro estilo convencional de pensar y hacer en las instituciones públicas.
Me tocó hablar de la figura y rol delprofesorado universitario en la actualidad. Se me da bien ese tema. Con los años he ido aprendiendo a incorporar matices. Es importante saber mucho y hacer las cosas bien, pero nada de eso resulta previsible si los docentes no son felices o si sienten que cada vez se valora menos lo que hacen. Así que sin negar la importancia de la Pedagogía y la Didáctica, sin olvidarse de lo importante que es el dominio de los contenidos, cada vez me cuesta menos hablar de contextos amigables, de cultura colaborativa, de reconocimiento institucional, o de felicidad. Uno no está seguro del todo en estos casos (menos aún cuando el público es brasileño pues su amabilidad puede más que cualquier valoración técnica), pero creo que les gustó.O eso quisieron hacerme sentir. Y se lo agradecí.
Una gente estupenda, la de Hoper.
No hay comentarios:
Publicar un comentario