lunes, agosto 18, 2025

20 SEGUNDO DE CORAJE

 


20 SEGUNDO DE CORAJE

La tarde del sábado corría bien. Por la televisión pasaban la película de sesión de tarde (Un lugar para soñar) en la que Matt Damon hacía lo imposible por sacar adelante el zoo que acababa de comprar en un intento de escapar de la ciudad hacia un entorno más ecológico y tranquilo tras la muerte de su esposa. Necesitaba sanar su espíritu. Pero las cosas no estaban resultando fáciles, sobre todo con su hijo adolescente que mostraba lo peor de sí mismo en venganza por haberle sacado de su entorno de amigos y rutinas urbanas. Todo acaba bien, desde luego, es la película del sábado a la hora de la siesta.

Y en medio de las aventuras y desventuras de la vida en aquel agitado y entretenido entorno (la presencia de Scarlett Johansson haciendo de Kelly Foster ayudaba mucho) resulta que el padre le dice a su hijo adolescente, que penaba de amores con una jovencita y no sabía cómo declararse, una frase mágica: “son 20 segundo de coraje”. Eso es lo que nos hace falta, le decía, 20 segundo de coraje para tomar la decisión y decir o hacer aquello que nos está costando tanto.

Me pareció fantástica la frase, sobre todo porque es algo que a la gente muy pensativa y poco resolutiva nos falta: 20 segundo de coraje. Hay muchas situaciones en la convivencia, en el trabajo, en la vida personal en los que si no tienes ese punto de arranque, nunca resuelves la situación. Te pasas la vida tragándote sapos, posponiendo decisiones, dejándolo pasar porque te falta ese punto de coraje para decirlo o hacerlo.

 No sé si se trata de algo cultural o es algo que depende del carácter de cada quien. Tengo amigos a los que se les da muy bien. No les causa desazón alguna en decir o hacer lo que desean sin que las circunstancias o temores les condicionen. Asertividad se le dice en psicología. Y debe ser estupendo el poder hacerlo, al menos si se compara con el malestar que produce el sentirte incapaz de hacerlo. Gastas tanta energía en controlar tu propia desazón o inquietud que, al final, quedas mal por inane y falto de personalidad.

Al chaval del film le vino bien porque fue capaz de declararle a la chica que le gustaba mucho. No sé si la receta funcionará igual de bien no solo en cuestiones de ese tipo, sino en otras que jalonan y condicionan nuestra vida diaria: las relaciones de pareja y familiares, el trato con los amigos; las opiniones políticas; las particulares creencias religiosas. Yo suelo preferir dejarlo pasar y no entrar en discusiones que, por lo general, no solo no nos llevan a posturas más convergentes sino que suelen propiciar desencuentros y heridas que cuesta cauterizar. Pero tampoco es que eso me guste, porque el precio a pagar en comeduras de coco, en morderte la lengua, en sentirte mal por huevón y acomplejado… es alto.

¡20 segundo de coraje!, qué poquita cosa y qué difícil de alcanzar.

 

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